La más reciente adaptación cinematográfica de «Blancanieves» se ha convertido en el centro de una intensa polémica tras su lanzamiento, cosechando una oleada de críticas negativas tanto de la audiencia como de la crítica especializada.
La película ha alcanzado niveles de desaprobación tan bajos que las comparaciones con la controvertida serie animada para adultos «Velma» se han vuelto inevitables, generando un debate encendido sobre la dirección que están tomando las reinterpretaciones de clásicos populares.
Según reportes y análisis de diversas plataformas de crítica cinematográfica, la nueva «Blancanieves» ha tropezado significativamente con el público. Un indicador alarmante es su paupérrima calificación de aprobación de tan solo un 1,6 en IMDb, superando de forma negativa a otras películas odiadas como Dragon Ball: Evolution que cuenta con una nota de 2,5, por lo que Blancanieves sé sitúa en un umbral de recepción extremadamente negativo.
Esta cifra no solo la aleja de los éxitos de taquilla, sino que también la coloca en una liga indeseable junto a producciones que han sido ampliamente consideradas como fracasos críticos.
La magnitud del descontento es tal que analistas y espectadores no han dudado en establecer paralelismos con «Velma», la serie animada que generó una gran controversia por su enfoque woke, su humor divisivo y el cambio completo de la historia que también posee una calificación extremadamente baja en IMDb.
La comparación subraya una creciente preocupación por la manera en que se están abordando personajes e historias icónicas, con adaptaciones que, en opinión de muchos, se alejan demasiado del espíritu original y fallan en conectar con la audiencia.
«Es preocupante ver cómo una historia tan querida como Blancanieves recibe este nivel de rechazo». «Las comparaciones con ‘Velma’ no son halagadoras y reflejan una sensación generalizada de que la película no ha sabido capturar la magia del cuento original, e incluso ha alienado a su público potencial.» Son algunos de los comentarios que hay en redes sociales.
El fallo de la nueva «Blancanieves» sirve como un recordatorio de los desafíos a la hora de actualizar y reimaginar historias clásicas para audiencias contemporáneas.
