Epic Games ha intensificado su estrategia legal contra las infracciones de su juego Fortnite. La compañía ha interpuesto una demanda contra un individuo dedicado a la venta ilegal de cuentas del juego. Este vendedor obtenía acceso fraudulento a cuentas de otros jugadores para lucrarse con ellas. La acción forma parte de una campaña más amplia que la empresa viene realizando durante 2025 para combatir el fraude y los problemas de integridad competitiva.
La resolución del caso impuso varias sanciones severas al acusado. En primer lugar, el individuo fue expulsado de forma permanente de Fortnite, recibiendo una prohibición vitalicia para volver a jugar. Además, se le ordenó pagar una compensación económica como parte del acuerdo extrajudicial alcanzado con Epic Games. La empresa ha aclarado que el monto de esta indemnización será donado íntegramente a una organización benéfica, aunque no ha especificado cuál.
Como condición para cerrar el caso, Epic Games exigió una humillación pública. El vendedor debió publicar una disculpa dirigida a toda la comunidad de Fortnite en su cuenta de X (antes Twitter). En el mensaje, el infractor reconoció haber accedido y vendido cuentas de Epic Games que pertenecían a otros usuarios, confirmó la acción legal y la prohibición permanente, y mencionó el pago del acuerdo económico que la empresa destinará a caridad. Epic Games se encargó de dar máxima difusión a esta confesión pública.
Esta práctica de vincular la resolución legal a una disculpa pública no es nueva para Epic. A lo largo de los últimos dos años, la compañía ha usado esta táctica en varios casos contra tramposos y vendedores de cuentas, en febrero de 2025, un jugador que hizo trampas en un torneo fue forzado a hacer una disculpa pública en YouTube y a devolver el premio donándolo a la organización Child’s Play, en julio del mismo año, otros dos jugadores, uno por vender trampas y otro por realizar ciberataques contra streamers, también tuvieron que emitir disculpas en vídeo antes de ser baneados de por vida.
Epic Games tiene una estrategia que sobrepasa las sanciones simples dentro del juego. Su propósito es establecer un efecto disuasorio para toda la comunidad, con el fin de dejar en claro que romper las reglas no solo resulta en perder el acceso al juego, sino también en consecuencias legales y morales reales, para conseguirlo, apela de manera sistemática a los tribunales e incluye un elemento de vergüenza pública.