El luchador de la UFC, Mike Davis, ha conmovido al mundo al revelar cómo el videojuego Halo y su consola Xbox 360 le salvaron la vida durante su difícil infancia. En una entrevista, Davis compartió su historia de acoso escolar y aislamiento, y cómo encontró refugio y amistad en el mundo virtual de Halo.

Davis creció en una zona rural de Nueva York donde era uno de los pocos niños negros. Debido a su baja estatura, sufría acoso y discriminación en la escuela. Se sentía solo y vulnerable, llegando incluso a autolesionarse. Sin embargo, su vida cambió cuando su madre le regaló una Xbox 360 con el juego Halo.

I don’t even play halo but this is beautiful
byu/NoCommentaryMk inhalo

«Yo era muy pequeño, era un niño muy pequeño, y me metían en taquillas y me llamaban de todo. Me veía un montón de veces solo en el baño intentando hacerme daño. Me disparaba a mí mismo en la pierna con cintas de goma atadas a palillos de dientes. Eso me hacía daño. No tenía amigos. De verdad que no. Y lo que realmente salvó mi vida es que cuando salía del colegio iba a mi casa, encendía la Xbox que me regaló mi madre con tanto esfuerzo, y tenía Halo. Me reunía con amigos, encontré amigos por la zona y por todo el mundo. Todos los días lo único que me hacía seguir adelante era el poder jugar a Halo y jugar con mis amigos«.

El mundo virtual de Halo se convirtió en un refugio para Davis. A través del juego en línea, pudo conectar con otros jugadores de todo el mundo, encontrando amigos y creando lazos de amistad. Las largas noches jugando Halo y compartiendo experiencias con sus nuevos amigos virtuales le dieron la motivación para seguir adelante y superar los difíciles momentos que vivía en la escuela.

La historia de Mike Davis es un testimonio del poder de los videojuegos para conectar a las personas y brindarles un sentido de pertenencia. En su caso, Halo no solo fue un juego, sino una herramienta que le permitió construir relaciones significativas y encontrar apoyo en momentos de necesidad. Su historia resuena con muchos jugadores que han encontrado en los videojuegos un espacio para socializar, competir y construir amistades duraderas.