El sub-género FPS de ritmo rápido ha estado experimentado un resurgimiento en los últimos años, con títulos destacados como Doom (2016), Metal Hellsinger, y los aclamados Ghostrunner I & Ghostrunner II. Bajo esta premisa, llega Metal Eden, lo nuevo de Reikon Games, un juego que toma una clara inspiración de los últimos dos juegos mencionados.
A todas luces, es un shooter cyberpunk de corte frenético que toma la jugabilidad de Ruiner (del mismo desarrollador) cambiando la vista cenital a una en primera persona. Por un momento sentí que jugaba a un Ghostrunner pero con armas en vez de katana, y lo digo en el buen sentido.
En otro futuro muy, muy lejano
En Metal Eden, la civilización ha sido capaz de traspasar la conciencia humana a unidades digitales conocidas como CORE (núcleos), para posteriormente descargarlas en cuerpos sintéticos. Además, tras predecir una catástrofe mundial en la Tierra, se desarrolló el proyecto MOEBIUS, una ciudad orbital ubicada en el planeta Vulcan que albergará más de 3000 mentes alojadas en núcleos.
Seremos Aska, una «hiperunidad» avanzada o androide de combate, a quien ha sido encomendada la misión de rescate en una prisión conocida como Hive (la Colmena). Aska pertenece a la CDC, una fuerza militar que realiza operaciones en MOEBIUS, cuya actual misión dependerá el destino de la humanidad.
La trama explora temas como la trascendencia y como eso ha llevado a la humanidad al borde de la extinción. Mucho de lo que sabremos de este universo viene de las conversaciones entre Aska y Nexus, un dron consciente que sirve de guía y quien aporta contexto de la situación a la protagonista. En un primer momento me recuerda a la manera de narrar de Ghostrunner, del cual parece tomar ciertas licencias narrativas y jugables.
Cada misión nos va revelando poco a poco de que iba el proyecto MOEBIUS y como la humanidad llegó a este estado. Ciertamente, a nivel narrativo el juego tiene muchas influencias de obras que tienen temática cyberpunk en futuros muy avanzados. La ambientación está bien lograda poniéndonos en ciudades de alturas considerables que resulta muy atractivo.
El núcleo es el motivo de todo
Como ya dije, Metal Eden es un frenético FPS con mucho plataformeo que cuenta con un giro, arrancar núcleos a los enemigos ya sea para utilizarlos como explosivos arrojadizos o para recibir un impulso de ataque cuerpo a cuerpo. Aska puede utilizar diferentes armas como un rifle de asalto con munición ilimitada pero se recarga por enfriamiento, una pistola, escopeta, rifle de plasma, lanza granadas, etc. Sin embargo, cada arma cuenta con un modo de disparo secundario y se pueden personalizar por medio de unas estaciones que se encuentran en los niveles.
Los niveles resultan ser muy verticales y están diseñados para recorrerlos a través de estructuras y plataformas que invitan a nunca detenernos. Esta es una de las partes que recuerda mucho a Ghostrunner, ya que caminamos por paredes, utilizamos ganchos para alcanzar estructuras altas, y al final del nivel una arena donde nos enfrentaremos a oleadas de enemigos. En medio de cada nivel habrá estaciones donde actualizar nuestras armas con Polvo, una sustancia que dejan los enemigos o que encontramos esparcidas por los niveles que sirven como moneda de cambio.
La mecánica de arrancar núcleos es básicamente una variante de las ejecuciones de otros juegos que otorgan salud o munición al hacerlo. Sin embargo, no todos los enemigos estarán dispuestos a entregar su núcleo sin más. Habrá enemigos que usan blindaje y para hacerles daño, primero debemos debilitar dicho blindaje. Tras arrancar un núcleo, debemos esperar un tiempo de enfriamiento que se reduce eliminando a otros enemigos o recogiendo unos objetos que eliminan el conteo. Sin embargo, 30 segundos de enfriamiento es una eternidad para un juego de ritmo rápido.
Ciertamente, Metal Eden da la sensación de tener una jugabilidad fluida con mucha acción sin pausa. Además, el juego invita a ser creativo a la hora de eliminar enemigos. No solo es disparar con nuestras armas, también debemos utilizar elementos del entorno a nuestro favor. Eso sumado a las actualizaciones de nuestras armas y las habilidades de Aska, hará que nos sintamos imparables.
Ciudad irreal
Gráficamente, Metal Eden no dista mucho de obras similares en cuanto a estética. De hecho, puede ser confundido con los Ghostrunners por el uso de grandes localizaciones con estilo cyberpunk donde predomina el metal y zonas con poca luz. A nivel técnico el juego se mantiene la mayor parte del tiempo estable, aunque algunas zonas la tasa de frames baja un poco. Sin embargo, volvemos al mismo problema del Unreal Engine, el siempre presente efecto de difuminado.
La música que acompaña al juego es lo que se puede esperar, temas de rock pesado que amenizan muy bien la estética general. Viene con idioma inglés con subtítulos en español y el trabajo de los actores es decente.
Veredicto
Metal Eden se presenta como un FPS de ritmo rápido que logra combinar el frenetismo y el plataformeo con una narrativa cyberpunk vista desde una perspectiva diferente. Nos entrega una experiencia que, si bien bebe mucho de títulos como Ghostrunner y Ruiner (del mismo desarollardor), consigue destacar lo suficiente gracias a su sistema de núcleos, la verticalidad de los niveles y la personalización de armas. Sin embargo, los problemas de balance en el enfriamiento de la habilidad principal, las caídas de rendimiento y un apartado visual que no termina de destacar limitan su verdadero potencial. Aun con todo, se trata de una propuesta sólida que cumple con lo que promete, aunque sin ofrecer una experiencia memorable.
Nota: Este review fue realizado en PS5 y el código fue cedido gracias a Plaion.