El reciente anuncio de más de 200 despidos en Bungie ha puesto a la compañía de Destiny en el punto de mira no sólo por su crisis interna, sino también por el papel que juega como propiedad de Sony y PlayStation teniendo hasta el momento pobres resultados.
Según un informe del periodista independiente Stephen Totilo en Games File, el destino de los más de 200 trabajadores de Bungie despedidos ya estaba definido independientemente de los resultados de la expansión The Final Shape, aunque fueran muy buenos.
En este sentido, cita testimonios de fuentes internas y relacionadas con Bungie que aseguran que la compañía no ha dejado de perder dinero desde el fracaso de Lightfall, por lo que lleva más de un año operando en números rojos. De ahí que un buen rendimiento comercial en las siguientes entregas no haya sido suficiente para mantener los puestos de trabajo.
Por otro lado, y ya en un tono que roza el escándalo, una de las fuentes consideró que Sony pagó de más por Bungie, recordando que el trato se cerró en $3600 MDD. Asimismo, la persona que emitió este testimonio señaló que Bungie le prometió a Sony más cosas de las que en realidad podía hacer.
En este sentido, este detalle coincide con el comunicado oficial donde Pete Parsons, CEO de Bungie, acepta que la compañía no pudo hacer frente a la carga de trabajo que se le echó encima.
Tomando esto en cuenta, parece que la compañía sólo pudo continuar con Destiny 2 y desarrollar Marathon, pero el trato con Sony incluía más producciones y simplemente se vieron desbordados.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que Bungie se vendió con más capacidad de la que realmente tenía y las consecuencias han sido terribles.