El rage-quit se podría definir como una actitud negativa presente en los juegos multijugador competitivos (PvP o jugador contra jugador), en la cual se engloban los casos de personas que, durante el transcurso de una partida, la abandonan o cierran el juego voluntariamente ante la previsión de una derrota fulminante. Es por ello que, en aquellos juegos donde el modo competitivo tiene una gran importancia, se intentan implementar medidas disuasorias que eviten estas acciones, castigando a quienes abandonan partidas prematuramente.
Ejemplo de ello es Overwatch. El título competitivo de Blizzard tiene actualmente medidas anti-ragequit que buscan evitar que los perdedores abandonen antes de tiempo las partidas, pero parece ser que no son suficientes, y la compañía podría estar buscando endurecer los castigos contra esta práctica. Así lo ha hecho público el director del juego, Jeff Kaplan, en el foro oficial del juego.
Una de las medidas que se están considerando es bloquear perfiles reincidentes permanentemente del modo competitivo. Estos bloqueos se producirían cuando se nos expulsa de muchas temporadas competitivas, de forma que no podríamos volver a jugar en modo competitivo nunca más. Tal y como Kaplan comentó, “nuestra filosofía ha sido siempre la de no tener en el juego a leavers (gente que abandona las partidas prematuramente), especialmente en el modo competitivo. Seguimos incrementando las penas por salir de las partidas y seguiremos haciéndolo. Estamos implementando una nueva política que tendrá en cuenta cuántas veces te han expulsado de temporadas competitivas y, en cierto punto, se evitará que puedas volver a jugar competitivo para siempre“.
Siempre queda la preocupación de que se bloquee injustamente a gente que, o bien ha salido por algún tipo de problema técnico o contra su voluntad, o posibles errores en la detección del rage-quit. Aunque Blizzard tiene activos mecanismos que detectan el abandono prematuro de forma automática, el director del juego resalta que nada de esto sería posible sin la ayuda de la comunidad y el envío de reportes contra aquellos jugadores sospechosos o culpables de abandonar las partidas antes de tiempo. Por tanto, un mecanismo que identifica a estos jugadores debería tener siempre un componente humano detrás para tomar las decisiones definitivas.