Entre los muchos exclusivos que Xbox nos debe, uno de ellos tenía un halo de misterio, no solo por su extraño nombre, sino también por su ambientación perturbadora. Hablamos de Scorn de EBB Software, un juego en primera persona, inspirado en la estética del artista H. R. Giger en la que nada de lo que vemos es bonito, ni tiene espacio para eso.
Como nota curiosa, mi hermano me vio jugando el Scorn, e inmediantamente preguntó si era una juego de Alien. Le digo que no para ver su reacción, y dice se parece la nave de Alien (El U.S.C.S.S. Nostromo). Es lo que tiene de importante la ambientación de una producción, que evoca sensaciones como las que nos produjo esa primera película de Ridley Scott, y eso hace Scorn.
Sin decir una sola palabra
Decir que Scorn tiene una historia coherente, es ser optimistas, ya que en todo el juego no se dice una sola línea de diálogo, ni siquiera una línea de texto de un documento encontraremos. Es una trama muy complicada de describir, porque ni siquiera sabremos quienes somos.
Solo se puede decir que representamos a una criatura muy parecida a un hombre pero con aspecto cadavérico, piel pálida, órganos expuestos y una dentadura irregular. Despertamos en una extraña estructura hecha de huesos, carne y roca y no sabemos que hacemos ahí, hacia donde ir o quienes somos. Sin embargo, parece ser algo que los desarroladores de EBB Software, querían transmitir… una especie de incertidumbre y constante desasosiego.
Todo lo que presenciamos está a discreción del espectador, ya que se entenderá lo que el jugador entienda que está sucediendo. Y esto no es algo malo, de hecho, es mejor que sea así.
Suvirval Body Horror
Pasemos ahora al aspecto jugable, dejando en claro que no es un FPS per se. Si, tenemos vista en primera persona, tendremos acceso a armas y habrán enemigos que derrotar pero nada que ver con un Call of Duty o Bioshock. Sin embargo, el enfoque de Scorn es otro, el de resolución de puzzles ambientales y supervivencia. Hay que decir también, que a pesar de su ambientación repugnante, no es un juego para asustar constantemente al jugador, y más bien para provocar aversión hacia lo que vemos.
Scorn es un juego, además de grotesco, muy críptico, es decir, no tenemos indicativo de que hacer en cada momento y solo contamos con nuestra inteligencia. De hecho, no tenemos indicadores de objetivo, ni radar ni nada que nos lleve de la manos, salvo una barra de salud y contador de munición que se ocultan automáticamente. En la primera hora nos sentiremos desconcertados, e incluso frustrados por no saber qué hacer. Y sin embargo, el título se las arregla para mantenernos enganchados hasta descubrir cómo es que se abre esa puerta que tenemos delante.
El juego se toma su tiempo para mostrarnos sus virtudes, pero manteniendo siempre al jugador en vilo por no saber en qué momento nos atacará esa criatura que creímos haber visto esconderse. Pará esto último ayuda mucho la ambientación truculenta de la que hace gala el juego, con pasillos y estancias llenas de intrincados diseños que parecen sacados desde las entrañas de una criatura viva.
Como ya he dicho, el fuerte del juego son los intrincados rompecabezas que nos encontraremos a lo largo de la aventura. Estos puzzles, van desde los ambientales, en los que tenemos que preparar una sala para encontrar el camino, hasta los de habilidad y lógica. Aunque no tengan indicativo alguno, no son tan complejos de realizar y no se sienten tan numerosos que puedan frustrar al jugador. Sin embargo, son cosas que ya hemos visto en juegos de corte similar. Eso si, hay que tener paciencia.
Respecto al combate, el juego nos ofrece una serie de enemigos grotescos y deformes. Además, tendremos acceso a varias armas de diferentes tipos, que sin embargo no es que sean las más abundantes a nivel de munición ni funcionalidad. Primero, los enemigos no tienen tanta variedad, encontrándonos uno a cuatro patas que lanza ácido, otro que parece un pollo sin cabeza y otro más grande que arremete contra nosotros. No son nada sencillos de derrotar aunque se vean lentos.
En cuanto a las armas, las encontraremos muy tarde, por así decirlo. La primera arma en conseguir es una especie de ariete que tiene un tiempo de enfriamiento, el problema es acercarnos a los enemigos para hacerles daño. Ya luego iremos descubriendo otras a distancia, cuya munición no es la más abundante.
No hay octavo pasajero
Uno de los aspectos más llamativos de Scorn, es su estilo artístico hermosamente horrendo. Cuesta imaginar el trabajo que el diseñador de niveles ha tenido que emplear en cada uno de sus estancias. Teniendo paredes que mezcla partes humanas, huesos, y roca, además de los relieves y diseños de texturas de esas paredes que parecen piel, todo como si fuera un biomecanismo.
En ocasiones, veremos muchas referencias sexuales en los decorados y hasta cosas que le suceden al personaje. Además, constatemente presenciaremos como apédices se incrustan dentro de lo que parece ser piel y órganos internos. Y por extraño que parezca, todo esto tiene su lado llamativo.
Aunque el juego no cuenta con Modo Rendimiento, en su condición estándar luce muy bien con 60fps constantes y juegos de luces y sombras dinámicas. Podemos ver los pies del protagonista si miramos hacia abajo, e incluso su sombra reflejada a través de una fuente de luz.
Su apartado sonoro es igual horripilante, ya que constantemente estaremos escuchando que al moverse esos mecánismos es como si estuviéramos escarbando en carne viva. Además de que los gruñidos de los enemigos están bien logrados, haciendonos sentir que de alguna manera sufren. De hecho, cada paso que damos sentimos el sufrimiento del protagonista.
Veredicto
Scorn es un juego que para entenderlo, debemos sacarnos de la cabeza otros FPS más activos. Tiene una historia a discreción de lo que el jugador pueda entender, sus mecánicas de disparos son toscas, y ni siquiera es el fuerte. Sin embargo, su ambientación horrenda, repulsiva, horrorosa tiene un encanto extraño donde peor se pone mientras más nos adentramos.
Nota: Este review fue realizado en la versión de Xbox Series X y el código fue cedido gracias a Kepler Interactive.