Para finalizar este año nuestros amigos de Vertagear nos enviaron su silla gamer SL3800 en un elegante color oscuro (Carbon Black). Siempre es bueno recordar un tema que a todos nos toca de cerca y es la importancia vital de dónde nos sentamos.

Pasar largas horas frente a nuestra PC (ya sea trabajando, editando o en un buen fin de semana de juego) no es algo que nuestro cuerpo deba tomarse a la ligera. Todos hemos pasado por eso, esa incomodidad que empieza en la espalda baja y termina arruinando tu concentración. Por eso, encontrar la «silla perfecta» es un verdadero reto, es una mezcla de buscar estética, ergonomía y durabilidad que a veces parece imposible de equilibrar.
Aquí es donde entra la Vertagear SL3800. Esta se posiciona como el “sweet spot” entre la entrada de gama (como la clásica SL2000) y los modelos tope de gama (como la SL5800). Básicamente, es la evolución moderna de la serie, diseñada para ofrecer las tecnologías más nuevas de la marca (como el soporte lumbar contorneado) pero manteniendo un precio más accesible que sus hermanas mayores. Es, en teoría, la candidata ideal para quien busca características premium sin irse al extremo más costoso de la línea.

Dicho esto empecemos por lo primero que nos encontramos al recibir el producto y es la caja. El empaque cumplió su función perfectamente; todo venía bien protegido y organizado, lo cual se agradece para evitar sorpresas desagradables por el transporte. Sin embargo, no quiero detenerme demasiado en cartones y plásticos, porque lo verdaderamente destacable empieza cuando sacamos las piezas para armar.
Algo que suele dar mucha pereza al comprar algo y tomarnos mucho tiempo para ensamblarlo. A menudo es una lucha con tornillos que no encajan o instrucciones jeroglíficas. Afortunadamente, mi experiencia con la SL3800 fue todo lo contrario. El ensamblaje resultó increíblemente fácil y fluido.

De hecho, esta facilidad de armado parece ser ya un sello de identidad de Vertagear. Anteriormente tuve la oportunidad de analizar la SL1800 y me encontré con la misma grata experiencia. La marca ha pulido su sistema de montaje para que el usuario no pierda tiempo innecesario. En cuestión de minutos, y sin necesidad de ayuda extra ni herramientas complejas fuera de lo habitual, ya tenía la silla completamente montada y lista para la acción. Es un proceso intuitivo que elimina la frustración de la ecuación.
Mientras iba ensamblando la silla y manipulando cada componente por separado, me di cuenta de un detalle que no puedo pasar por alto. Los materiales de construcción no se sienten tan superiores como yo pensaba inicialmente. Creo que es importante resaltarlo porque, para muchas personas, esto será algo muy notorio desde el primer momento. Uno suele esperar un salto de calidad muy evidente en estos modelos, pero la realidad al tener las piezas en la mano es que esa «superioridad» en los materiales no destaca tanto como prometen o como uno podría esperar.

Una vez superada la etapa del montaje y dejándola lista en mi setup, toca hablar de su diseño. Debo admitir que la Vertagear SL3800 es una silla bastante atractiva visualmente. La unidad que recibí vino en un tono oscuro, lo cual le da un toque de elegancia y sobriedad que personalmente me agrada mucho para un entorno de oficina o juego. Sin embargo, observando sus líneas y su silueta moderna, me atrevería a decir que este modelo es tan versátil que cualquier otro tono o combinación de colores le sentaría bastante bien. Tiene esa estética que luce bien tanto en negro discreto como en colores más vibrantes si eres de los que prefiere algo más llamativo.
Pero una silla no es solo para mirarla, es para vivirla. En términos generales, la experiencia de comodidad ha sido positiva. Uno de los puntos que más valoro es la libertad que ofrecen sus reposabrazos. A la hora de acomodarnos frente al escritorio, poder ajustar los brazos libremente es fundamental para encontrar esa postura ergonómica perfecta y evitar la tensión en los hombros; en este aspecto, la silla cumple, permitiéndote personalizar tu posición con facilidad.

En cuanto al cuidado de la espalda, nos encontramos con un sistema de soporte lumbar predefinido. A diferencia de otras sillas que dependen de cojines sueltos que se mueven o se deforman, aquí el soporte viene integrado en la estructura del respaldo. Al probarlo, se siente cómodo y ofrece una contención correcta para la zona baja de la espalda sin ser intrusivo ni demasiado rígido. Para complementar la ergonomía, en la parte superior contamos con una pequeña almohada para el cuello. Aunque es de tamaño reducido, nos da exactamente la ayuda que necesitamos para descansar cuando nos reclinamos un poco.

La prueba de fuego para cualquier silla gamer es el tiempo. Tras probarla en sesiones continuas de 3 a 5 horas, puedo confirmar que se mantiene bastante cómoda. Es un lapso de tiempo considerable donde otras sillas empiezan a mostrar sus debilidades o a generar molestias, pero la SL3800 aguanta el tipo, permitiéndote concentrarse en el juego o el trabajo sin estar cambiando de postura constantemente por incomodidad.

En conclusion
Vertagear nos da un “sweet spot” bastante bueno con la SL3800 en donde se mezcla una robusticidad bastante interesante junto a un precio bien asequible. No es una simple silla gamer y se puede sentir como el nivel aumenta mientras más la usas. Durar unas 3 a 5 horas continuas y no sentir ningún tipo de incomodidad es la verdadera señal de que tenemos un buen producto de frente. No todo es alardeo y aunque su material de construcción se siente un poco por debajo de lo que yo esperaba, sigue siendo una buena propuesta para quienes deseen tener una silla gaming no tan llamativa. Este review fue realizado con un ejemplar facilitado por Vertagear.
