La toxicidad en internet ha demostrado una vez más su lado más oscuro con el caso de Kaitlyn Dever, la actriz que interpreta a Abby Anderson en la aclamada serie de HBO, The Last of Us. A raíz de su papel, Dever ha sido objeto de una ola de amenazas y acoso en línea, lo que ha obligado a la producción a tomar medidas de seguridad adicionales para protegerla.
La intensidad de las reacciones negativas hacia el personaje de Abby ha sorprendido incluso a los propios creadores de la serie. Isabel Merced, quien interpreta a Dina, compañera de Abby, ha revelado que la actriz ha recibido un odio visceral por parte de algunos «fans» hacia Kaitlyn solo por interpretar a Abby, que no es un personaje real. Este nivel de hostilidad ha llevado a que Dever necesite escolta durante el rodaje de la segunda temporada.
Este no es un caso aislado. Laura Bailey, la voz de Abby en el videojuego original, también experimentó un nivel similar de abuso en línea, incluyendo amenazas directas a su vida y a la de su familia. Estos incidentes ponen de manifiesto el problema cada vez mayor del acoso en línea y las consecuencias reales que puede tener para las personas involucradas.
La historia de Dever y Bailey sirve como un recordatorio de que los personajes ficticios pueden generar pasiones muy fuertes en los espectadores, pero que es importante mantener una perspectiva crítica y respetar a los actores que los interpretan.