Durante años, la Xbox Series S ha sido señalada como un obstáculo técnico para los desarrolladores de juegos de nueva generación. Sin embargo, Battlefield 6 está cambiando esa narrativa. Según declaraciones del director técnico Christian Buhl, el proceso de adaptación para la Xbox Series S no solo fue desafiante, sino que terminó beneficiando el rendimiento general de Battlefield 6 en todas las plataformas.
Uno de los principales problemas fue la memoria limitada de la Series S, que provocaba constantes bloqueos durante las primeras fases de desarrollo. Para solucionarlo, el equipo tuvo que rediseñar la gestión de recursos, lo que resultó en una versión más estable y eficiente del juego, incluso en Xbox Series X y PC.
La beta en Series S logró mantener una resolución de 1080p y 60 FPS estables, con ajustes mínimos en sombras y texturas. Para muchos, esto demuestra que con una buena estrategia de optimización, la consola puede ofrecer experiencias sólidas sin comprometer la jugabilidad.
Otros estudios, como los responsables de Kingdom Come: Deliverance 2, han compartido experiencias similares: al trabajar con las limitaciones de Series S, se vieron obligados a encontrar soluciones más inteligentes que terminaron elevando la calidad del juego en general.
En lugar de ser un freno, la Series S se está convirtiendo en una plataforma que impulsa la eficiencia técnica. Y Battlefield 6 es prueba de que, cuando se trabaja con cuidado, incluso los desafíos pueden convertirse en fortalezas inesperadas.