La polémica vuelve a encenderse en torno a The Game Awards, ya que desde que existe la premiación, ningún título desarrollado directamente por Xbox ha logrado entrar en la categoría de Juego del Año.
El dato generó una ola de comentarios que van desde la indignación hasta la burla hacia Geoff Keighley y su show.
Aunque algunos intentan recordar excepciones como Psychonauts 2, lo cierto es que ese proyecto nació fuera de la división y fue absorbido después por Xbox Game Studios.
En más de una década, la marca no ha entregado un juego que pueda competir de tú a tú con las propuestas de Sony o Nintendo en cuanto a impacto cultural, innovación y calidad percibida. Ni Halo Infinite, ni Forza Horizon, ni las apuestas más recientes han conseguido romper esa barrera.
Los fans de Xbox acusan a la prensa de favoritismo y a Geoff Keighley de convertir la gala en “los PlayStation Awards”, pero si realmente hubiera un título de Xbox capaz de marcar época, estaría nominado. La ausencia constante refleja que, más allá de conspiraciones o favoritismo, la división de Microsoft no ha sabido entregar un juego que se sienta imprescindible.
La percepción de muchos es que The Game Awards se ha convertido en un escaparate de marketing más que en un reconocimiento real de calidad. Para muchos fans de Xbox, el evento ya no tiene validez.
En definitiva, el problema no es que The Game Awards ignore a Xbox, sino que Xbox lleva 13 años sin ofrecer un título que esté a la altura del máximo reconocimiento.
