Meghan Morgan Juinio, exdirectora de producto en Santa Monica Studios y pieza clave en God of War, fue clara sobre la industria y los videojuegos AAA actuales: “Puede tener el mejor soundtrack, los gráficos más bellos, ganar todos los BAFTA… pero si no es divertido, no vale la inversión. Ni dos millones ni quinientos.”
La frase, lanzada en el Gamescom Asia x Thailand Games Show, se convirtió en el epitafio de una industria que sigue apostando por el espectáculo mientras despide a sus propios creadores.
Desde 2022, más de 45.000 desarrolladores han perdido sus empleos en Occidente. Los costos mínimos de producción se han disparado, y los grandes estudios como EA, Activision y Ubisoft siguen apostando por blockbusters de 100 millones de dólares que no garantizan ni impacto ni longevidad. Juinio lo resume así: “Ya no es sostenible. Los editores tendrán que abrir caminos hacia proyectos AA o incluso A. No porque quieran. Porque no hay otra opción.”
Mientras tanto, juegos como Clair Obscur: Expedition 33 y Peak demuestran que la diversión no necesita presupuesto obsceno. Lo que necesita es intención. Y eso, según Juinio, es lo que los gigantes han perdido: “Tal vez no duren 40 horas. Tal vez no sean lo más puntero. Pero si no son divertidos, no sirven.”
Si los grandes estudios no aprenden a priorizar el juego sobre las finanzas, lo único que van a seguir produciendo es despidos.