La obsesión por gráficos ultrarrealistas está pasando factura. Según Del Walker, artista con experiencia en estudios como Naughty Dog, Respawn y Warner Bros., el nivel de detalle que exigen los juegos AAA actuales está ralentizando los tiempos de desarrollo y disparando los costos.
En una conversación en redes, Walker respondió a un jugador que criticaba el estado actual de la industria: “El ultrarrealismo lo ralentiza todo”.
Walker explicó que animaciones simples como correr, girar o saltar ahora requieren hasta 50 variantes, cuando antes bastaban seis. “Si quieres que se muevan como Earthworm Jim, es fácil. Pero si buscas realismo, necesitas shaders personalizados, mezclas complejas y toneladas de trabajo manual”, comentó. Incluso con herramientas como Motion Mapping de Unreal Engine, el esfuerzo sigue siendo titánico.
Aunque matiza que decir que el realismo “ha arruinado los videojuegos” es una exageración, Walker admite que esta tendencia ha afectado negativamente a muchos desarrollos. Las empresas se ven obligadas a invertir años en cada título, lo que limita la innovación y pone en riesgo la viabilidad de nuevas IPs. “Un fracaso puede significar el cierre del estudio”, advierte un usuario citado en el artículo.
El caso de Naughty Dog es evidente, desde The Last of Us Part II, el estudio no ha lanzado ningún juego nuevo, y los fans ya sienten el peso de los ciclos largos. ¿Vale la pena esperar una década por un título visualmente impecable si eso significa menos variedad y riesgo creativo?