Ubisoft reconoció que el mercado de los videojuegos atraviesa un momento complicado. Según la compañía, los jugadores están “jugando menos” y por eso los nuevos lanzamientos “no logran destacar” y no venden tan bien como quisieran.
Una explicación que suena más a excusa que a diagnóstico real, considerando que la industria está saturada de propuestas repetitivas y secuelas que parecen copiadas unas de otras.
Ubisoft asegura que la competencia feroz y los catálogos infinitos de servicios como Game Pass y PlayStation Plus hacen que cada título se pierda. Lo curioso es que, en lugar de cuestionar si sus propias fórmulas gastadas tienen algo que ver, prefieren culpar al mercado y a los hábitos de consumo.
El discurso de la compañía apunta a que el reto no es solo vender, sino mantener la relevancia en un entorno hipercompetitivo. Ubisoft parece más preocupada por justificar sus tropiezos que por replantear su estrategia creativa.
Mientras los jugadores buscan experiencias frescas y memorables, la compañía insiste en que el problema es que los jugadores “juegan menos”, no que ellos ofrezcan más de lo mismo. El verdadero enemigo de Ubisoft no es el mercado ni los hábitos de consumo, sino su propia incapacidad para sorprender con algo distinto.
