El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprovechó su participación en la Cumbre de IA en Washington para alabar los avances tecnológicos, pero con una peculiar queja: rechazó el término «inteligencia artificial«. Durante su discurso, manifestó su descontento con la palabra «artificial», argumentando que no hace justicia a la capacidad real de esta tecnología.
«En todo el mundo hablan de inteligencia artificial… ¡artificial! No lo soporto«, dijo Trump, visiblemente molesto. «No me gusta nada que sea artificial. Deberíamos cambiar el nombre. Esto no es artificial, es genialidad pura«, añadió, aunque sin proponer una alternativa concreta.
Curiosamente, su postura contrasta con su apoyo pasado a los cultivos genéticamente modificados (GMO), que promovió durante su mandato mediante órdenes ejecutivas para reducir su regulación. Mientras algunos asistentes celebraron su entusiasmo por la IA, otros cuestionaron la coherencia de su crítica a lo «artificial».
Aunque Trump no sugirió un nuevo nombre, existen términos alternativos como «aprendizaje automático» o «redes neuronales». Sin embargo, su intervención dejó en claro que, más allá de la semántica, su enfoque sigue siendo impulsar la innovación tecnológica, aunque con un toque de su estilo característico.