El presidente Donald Trump ha exigido la renuncia «inmediata» de Lip-Bu Tan como CEO de Intel, tras revelarse sus presuntos lazos con empresas tecnológicas chinas.
La polémica estalló después de que el senador Tom Cotton (R-Arkansas) cuestionara al presidente de la junta directiva de Intel sobre posibles conflictos de interés que podrían violar regulaciones de seguridad nacional.
El senador cuestionó públicamente si los pasados negocios de Tan en China, incluyendo reportadas inversiones en 600 empresas tecnológicas, algunas con nexos militares, representan un conflicto.
«El CEO de Intel está en grave CONFLICTO y debe dimitir YA», escribió Trump en Truth Social. «No hay otra solución. ¡Gracias por su atención a este problema!».
Esta crisis llega en el peor momento para Intel. La firma, que ya anunció el despido de 24,000 empleados y canceló proyectos clave en Europa, lucha por recuperar el terreno perdido frente a competidores como TSMC en la carrera por la fabricación de chips avanzados e inteligencia artificial.
Aunque Reuters reportó que Tan habría vendido parte de sus participaciones chinas antes de asumir en Intel, la sombra de la geopolítica ahora se cierne sobre su liderazgo. El caso refleja cómo las tensiones tecnológicas entre EE.UU. y China están redefiniendo los criterios para los altos ejecutivos en la industria semiconductora.
La presión política ahora amenaza con complicar el ya difícil resurgimiento de la emblemática empresa tecnológica estadounidense.