Feng Ji, CEO de Game Science, desarrollador de Black Myth: Wukong expresó su descontento tras la ceremonia de premiación del GOTY (Juego del Año) en The Game Awards, donde el galardón fue otorgado a Astro Bot.
Feng Ji compartió sus sentimientos a través de un extenso mensaje en la red social Weibo. Reconoció el hito que representan las cuatro nominaciones de «Black Myth: Wukong», siendo las primeras de este tipo para un juego chino. No obstante, admitió sentir una mezcla de pérdida y decepción, aunque principalmente una sensación de liberación. A pesar de reconocer la calidad de los juegos nominados, manifestó su incomprensión ante los criterios de selección del Juego del Año, expresando con franqueza: «¡Vine aquí por nada!».
El director reveló que tenía preparado un discurso de aceptación para el premio GOTY desde hacía dos años, un testimonio de la confianza que depositaba en su proyecto. Además, hizo referencia a la frustración palpable entre los jugadores en las redes sociales, señalando que, aunque se expresara con humor y sátira, la insatisfacción era evidente. Feng Ji empatizó con estos sentimientos, comprendiendo que detrás de esa frustración no había malicia, sino orgullo y confianza. Con un toque de humor, añadió: «Personalmente, debo decir… ¡yo soy aún más confiado que ustedes! Tenía mi discurso para el Juego del Año preparado desde hace dos años, ¡y ni siquiera lo usé!«.
En el resto de su mensaje, Feng Ji reflexionó sobre los factores que contribuyeron al éxito de «Black Myth Wukong», incluyendo el talento del equipo, la rica cultura china, el apoyo de una industria en crecimiento y la conexión con jugadores de todo el mundo. Confía en que este juego marque el inicio de una tendencia de juegos chinos de alta calidad para consolas.
Finalmente, el CEO de Game Science enfatizó la importancia de afrontar las adversidades con una actitud positiva, destacando el valor de los videojuegos como una herramienta para compartir valores universales y transmitir felicidad en un mundo marcado por la desigualdad y la injusticia. Su mensaje, más allá del descontento por no obtener el premio, resuena como una declaración de principios y una apuesta por el futuro de la industria del videojuego china.