La apuesta de DC por reinventar a su icónico héroe ha dado frutos, la película Superman (2025), dirigida por James Gunn y protagonizada por David Corenswet, ha superado en EE.UU. los $292 millones de dólares, convirtiéndose así en el filme en solitario del Hombre de Acero más taquillero del país, superando los $291 millones de Man of Steel (2013) con Henry Cavill.
Este hito no solo marca el resurgir del personaje tras años de proyectos fallidos y un universo cinematográfico fracturado, sino que demuestra que, con una visión auténtica y pasión por el material original, el símbolo de la esperanza puede volver a brillar.
Aunque a nivel global la cinta de Zack Snyder aún lidera con $668 millones (frente a los $506 millones actuales de Gunn), el nuevo Superman tiene margen para crecer, con semanas clave por delante en mercados internacionales. Más allá de los números, su verdadero triunfo es haber reconectado con la esencia del personaje, algo que se refleja en la respuesta del público y la crítica.
Tras el fracaso del UEDC y múltiples reinicios truncados, Superman (2025) no solo evita el declive del género, sino que sienta las bases de un nuevo enfoque para DC, historias con identidad propia, alejadas de la sombra de Marvel.
Gunn ha logrado lo que parecía imposible: hacer que el último hijo de Krypton vuelva a inspirar, tanto en taquilla como en el corazón de los fans. El camino para igualar o superar las cifras globales de Snyder sigue siendo largo.
Con este éxito, James Gunn no solo ha salvado una franquicia, sino que ha demostrado que el cine de superhéroes aún tiene mucho por contar.