El estudio indie Point Blank Games nos trae un título que pretende mezclar la fórmula Soulslike y Metroidvania en Stray Blade. Es un título de acción RPG con toques de exploración y algo de backtracking con una narración de lo que sucede
Digo pretende, porque son dos géneros que se debe saber como llevar para que funcionen. Tenemos ejemplos como Blasphemous, Hollow Knight, Salt and Sanctuary y Death Gambit; estos juegos trascendieron porque no se alejaron demasiado de sus inspiraciones a la vez que hacen que las cosas se sientan diferentes.
Stray Blade nos cuenta la historia de Farron West, un personaje que puede ser hombre o mujer, y que es un guerrero/a aventurero/a en busca del una tierra llamada Valle Perdido de Ácrea. No hace bien llegar cuando muere de una extraña explosión, de la que luego revive de igual forma con un cristal incrustado en el pecho.
En el trajín, avistamos una extraña criatura llamada Boji quien nos dice que ese cristal es una forma de vínculo con el valle de Ácrea que no permite que abandonemos el lugar ni tampoco que muramos. Es así que tanto Boji como Farron, deben recorrer el lugar para descubrir como liberarnos de esa maldición.
A nivel de trama, esta se cuenta como una historia estándar promedio, por medio de la narración del propio Farron. Ya aquí empieza a desmarcarse de la fórmula Dark Souls, al no dejar que sea el espectador quien descifre la historia que envuelve al título. A lo largo del juego, la mayor parte de las conversaciones son con Boji y curiosamente, es un personaje agradable.
Muchas de las mecánicas Soulslike están en Stray Blade como barra de resistencia, un santuario similar a las hogueras, atajos entre zonas, crafteo de armas y armaduras, etc. Tenemos una gran variedad de armas como espadas, lanzas, mazos, garrotes, ballestas, que o bien encontraremos en el mundo o podemos crear en estaciones de herrería. Esto da mucho pie a creación de builds de personajes y cada arma tiene diferentes formas de manejo.
Además de explorar el mundo que nos rodea, descubriendo nuevas zonas, realizando acertijos sencillos, tendremos que batallar mucho. Las batallas son pausadas y estas a su vez tienen unas mecánicas que podría parecer interesantes. El juego insta a combatir con enemigos uno a uno, ya que las mecánicas eso indican. Algo así como el Prince of Persia de 2008, pero menos pulido. Sin embargo, en ocasiones varios enemigos se abalanzarán sobre nosotros y es difícil esquivar y bloquear ataques al mismo tiempo, las mecánicas principales de las peleas.
El objetivo está en Bloquear o Esquivar los ataques. Los enemigos emiten un destello de color que indica que hacer en cada momento. Si el destello es azul, debemos bloquear el golpe; mientras que si es de color rojo, debemos esquivarlo. Los enemigos poseen dos barras: la de salud y la de resistencia, en la que esta última se drena más rápido para poder realizar un remate y eliminar el enemigo no importa cuanta salud tenga.
Fuera un sistema de batalla satisfactorio si el combate no fuera tan irregular e impreciso. Hasta que nos acostumbremos, no sabremos en que momento exacto realizar un parry o esquive y muchas veces los enemigos nos estarán golpeando. Además, tiene una opción de sigilo, igual de imprecisa que el resto del combate. Contamos con unas bayas que curan nuestra salud y están repartidas por todo el escenario, y podemos también, mejorarlas para tener mas usos de estas bayas.
En cuanto a los enemigos, tenemos una buena variedad, aunque básicamente, se comportan igual y presentan algo de reto si no dominamos el combate o nos superen en número. Cada enemigo tiene un enfoque diferente para derrotar, que curiosamente, resulta desafiante.
Boji puede ser aliado útil en caso de apuro, ya que con nos ayuda con ataques de apoyo y sus habilidades. Boji posee su propio árbol de habilidades que iremos mejorando según encontremos puntos para este fin. Curiosamente, no entorpece el juego y es un personaje agradable.
El componente Metroidvania viene cuando derrotamos a un jefe de área. Esto nos otorga movimientos con los que podremos acceder a zonas que antes no podíamos. Algunos tienen capacidades ofensivas, pero por lo general no es aliciente suficiente como otros juegos del género.
El mundo de Ácrea, curiosamente tiene un estilo artístico único, con toques caricaturescos. El modelado de Farren es correcto y lo podemos notar en los cambios de atuendo. Sin embargo, en ocasiones muy puntuales, el juego sufre de bajones de frames en cambios de zona o carga tardía de texturas.
En cuanto a la música, no desentona con la ambientación ofreciendo temas de corte épico medieval. Viene doblado al inglés, teniendo las voces principales ese toque agradable al oido. Pero poco más que destacar.
Stray Blade es un juego con buenas ideas, pero que lamentablemente se queda a medias. Primero hablemos de sus cosas buenas como su sistema de batalla único con enfoque en parrys y esquivar, sus personajes encantadores y su vasto y hermoso mundo. Sin embargo, el juego sufre de algunas mecánicas con poco pulido como el componente Metroidvania y la fórmula Souls. Puede ser una alternativa para los fans del género de fantasía medieval.
Nota: Este review fue realizado en PS5 y el código fue cedido gracias a 505 Games.
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