Los sistemas automatizados que rastrean el uso de música con licencia en los juegos a menudo limitan a creadores de contenido y streamers, restringiendo la transmisión de ciertos títulos, incluso en eventos en vivo. Un ejemplo notable de cómo sortear estas restricciones se vio en el evento de speedruns benéfico Awesome Games Done Quick (AGDQ).
En este evento, el speedrunner chuckles825 ideó una solución creativa para evitar las reclamaciones por DMCA al jugar un título con música licenciada, contratando a una banda de música para que interpretara las canciones en vivo durante su speedrun de Crazy Taxi. Esta estrategia, aunque ingeniosa, también generó cierta controversia por lo complejo de su ejecución. El juego en cuestión, un clásico de SEGA lanzado en 1999, destacaba por su banda sonora con temas licenciados de bandas como Bad Religion y The Offspring.
Crazy Taxi, que hoy en día Sega busca revitalizar apelando a la nostalgia, presenta un inconveniente para las transmisiones en vivo: las licencias de la música son específicas para el juego original, por lo que su reproducción en streaming activa los sistemas automatizados de detección de infracciones de derechos de autor. Ante esta problemática, chuckles825 optó por una solución innovadora: la banda Limiter Cut.
Limiter Cut, una banda creada específicamente para la ocasión, se encargó de sincronizar sus interpretaciones en vivo con la acción que se desarrollaba en pantalla. Ajustándose al ritmo frenético del juego, la banda interpretaba las canciones en tiempo real, deteniéndose y reiniciando los temas cuando el speedrunner completaba un nivel o cometía errores, creando una experiencia inmersiva y sincronizada.
La selección del repertorio también fue estratégica, priorizando canciones más largas como «Ten» de Bad Religion para los niveles más extensos, mientras que temas menos populares como «Way Down the Line» de The Offspring tuvieron una menor presencia. La perfecta coordinación entre el juego y la música en vivo fue un elemento clave para mantener al público cautivado, destacando tanto la habilidad del speedrunner como el talento de los músicos.