Cuando Tony Hawk’s Pro Skater se encontraba en el ocaso de su popularidad, ya que la fórmula fue utilizada hasta la saciedad, el único juego que se atrevió a hacerle frente con nuevos bríos fue Skate. Tras tres entregas lanzadas en la séptima generación de consolas, los fanáticos del skaterboarding, quedaron ávidos de más y la franquicia quedó en una pausa de más de 15 años.
EA sorprendió recientemente con el anuncio de Skate, o Skate 4 para los amigos, de momento en acceso anticipado. Una nueva entrega para consolas modernas, que si bien conserva sus mecánicas clave, no es el regreso que todos estábamos esperando. Un conjunto de errores, sobre todo gráficos, implementación de mecánicas de juego como servicio, y todos sabemos a donde lleva eso.
Al rey se le rompió la patineta
El juego nos traslada a una nueva ciudad llamada San Vansterdam, curiosamente, con las mismas iniciales que la ciudad de los juegos anteriores, San Vanelona. El guion es el de una típica película dominguera en el que un skater llega a la ciudad a hacerse un hueco entre los mejores y es guiado por una serie de mensajes de hacia donde debe ir. Lamentablemente, no tiene el suficiente gancho para mantener el interés de lo que sucede.
Skate mantiene las mismas mecánicas con el mismo esquema de control que los fans conocemos, aunque introduce una nueva opción de control. En mi caso me apegué a lo ya conocido para mí y se juega tan bien como anteriores entregas, que es lo único bueno que puedo decir de Skate. Los ollies se realizan con el stick derecho, y permite variaciones al hacer ciertas combinaciones de movimientos con la palanca. Igual con los grabs que se realizan con los gatillos. Los grinds, se realizan automáticamente tan solo saltando sobre cualquier borde. También, Se han agregado algunos movimientos de escaladas tipo parkour cuando estamos fuera de la patineta.
El título tiene un esquema de misiones tipo mundo abierto en la ciudad de San Vansterdam. En cuanto a la ciudad, cuenta con cuatro distritos con diferentes biomas como un puerto, un distrito con edificios altos, parques que obviamente están diseñados para los skaters. Las misiones están esparcidas y van desde recolectar cierto número de ruedas hasta realizar ciertos trucos en lugares específicos. Cumplir misiones subirá de nivel de cada zona y esto dará acceso a distintas otras misiones. Sin embargo, las misiones no tenían un esquema realmente interesante o retador.
Tras un tutorial que enseña cada movimiento, se nos indica donde está la tienda donde pronto nos damos cuenta que esto trata de micropagos con lootboxes incluidas. De momento vi objetos cosméticos, pero una supuesta franela lisa con un grado de rareza morado, no se que tiene eso de especial. En lo que estuve jugando recibí varias cajas sorpresa, pero nada de lo que me ofrecieron se sintió relevante.
Aun le falta cocción
Visualmente, los modelados de personajes tienen un estilo caricaturesco que en honor a la verdad, no encaja con el tono de juego. El infame efecto blur está muy presente, y el brillo del cabello es irreal. Como es obvio, el juego está lleno de bugs, que incluso ayudan a la mecánica de ragdoll para las caídas de los personajes. Quiero seguir creyendo que se debe a su estado de Early Access, pero muchos de estos problemas, suelen llegar a la versión final.
La banda sonora, como suele ser en un juego de skate complementa una buena jugabilidad, y aunque tiene algunos temas de acorde al tono del título, no me gustó la mecánica de recolectar algunos de los temas esparcidos por la ciudad.