Ah, los earbuds inalámbricos…!
El nuevo estándar de consumo auditivo para el usuario cotidiano, a tal punto que son cada vez menos los teléfonos celulares y dispositivos móviles con puertos físicos para salida de audio.
La facilidad de uso, comodidad, flexibilidad de distancia, y ocultabilidad han hecho que el formato inalámbrico, pese a rangos de precios que muchos consideran exagerados, se vuelvan la norma.
En el momento que esto sucede, la competencia es otra… Ya no solo estamos hablando de calidad de sonido en un dispositivo que debe invertir entradas y espacio físico en sus nuevas funciones; sino que entra otro diapasón de características.
Desde la programabilidad, pasando por la resistencia contra fluidos, duración de batería, hasta temas como latencias de respuesta; ya hay mucho más que evaluar que solamente calidad de audio e integridad física.
Sennheiser trae un innovador y flexible diseño dirigido a los amantes de las actividades físicas
Tenemos entre manos los “Sennheiser Sport True Wireless”.
Una toma ligeramente diferente a lo que hemos visto de competidores que se enfocan en vender sus propias particularidades a lo mejor de su criterio.
Lo que evaluamos hoy es un ejemplar de auriculares inalámbricos con cuerpo personalizable que impresionaron tan pronto salieron de la caja.
Flexibilidad que agrega una calidad de vida inigualable
El atractivo principal de los Sport True Wireless viene en torno a prestaciones de diseño como auriculares presentados para conveniencia de aquellos que hacen ejercicios físicos mientras escuchan música.
El cuerpo de cada auricular trae una correa de goma con calzos en forma de gancho que buscan ofrecer seguro y sostén dentro del pabellón auricular humano.
Estas correas de goma vienen en 4 tamaños diferentes que pretenden adaptarse a diversos tamaños de orejas, sin importar la edad o género.
Adicional a esto, tenemos dos tipos de tapones de goma en diseños ligeramente distintos; y 3 tamaños disponibles para ambos diseños.
Esto suma 12 tapones en total salidos del empaque.
La diferencia en diseño y materiales busca adaptar contextualmente dos modalidades distintas de transducción de audio que ofrecen los Sennheiser, de las cuales estaremos hablando más adelante…
Hablemos de duración de la batería y anticipaciones de longevidad estructural…
Una carga de la batería de los Sennheiser Sport True Wireless dura aproximadamente 6-8 horas.
Esto es propenso a mostrar variaciones que pueden ir o venir dependiendo del volumen, configuración que estemos usando, códecs de reproducción de audio, y la relación que puedan o no tener los mismos con un dispositivo móvil.
No obstante, como es de esperarse, el puerto de carga y estuche que traen agrega aproximadamente 2 cargas adicionales.
El tiempo que toma el estuche para cargar los auriculares completamente va de hora y media a dos horas.
Estos números se quedan un tanto por debajo de lo que ejemplares similares en el rango de precio logran ofrecer en temas de carga.
A esto se suma la ausencia de carga inalámbrica y el poco tacto de dejar al usuario a la merced de un cable USB-C de aproximadamente 16 pulgadas
En cuanto a la protección contra polvos y fluidos nos vemos respaldados por una tasa de protección contra ingresos IP54.
Para la época actual y habiendo ejemplares similares con IP65, IP66, IP67 o hasta IP68; esto deja mucho que desear. En especial dado el contexto de uso bajo el cual se presentan los auriculares en su marketing.
Entonces… Lo que todos queremos saber… Audio.
Luego de varias tardes escuchando música como parte de nuestro multi-tasking diario a través de los Sport True Wireless; llegamos a conclusiones claras en torno a la calidad de audio.
La calidad de audio, en comparación con otros ejemplares de menor precio definitivamente se da a destacar y brilla a base de bajos presentes y frecuencias altas crocantes y bien definidas.
No obstante, ya juzgando las cosas con oídos más audiófilos; no son auriculares de los cuales debamos esperar el pináculo de calidad de audio ofrecida por earbuds Wireless.
Lo que percibimos luego de horas de evaluación a lo largo de diferentes estilos musicales fue una ligera falta de definición y dimensión en la transducción.
En términos más sencillos… Referenciamos frente a otros ejemplares de traducción de audio de rangos de precio diversos y existe una notable falta de contraste entre instrumentos musicales; y los colores de la pintura se ven entremezclados de una manera que no resulta necesariamente agradable.
Al césar lo que es del césar… Reiteramos que la calidad de audio no es para nada mala, pero aquellos usuarios más exigentes y quisquillosos encontrarán mejores resultados en otra parte.
Mejoras digitales que, a toda sinceridad, no mejoran gran cosa…
Una de las cosas que se nos ofrece es el respaldo de la app “Sennheiser Smart Control”.
La cual ofrece actualizaciones de firmware en nuestros auriculares, al igual que personalización de los controles táctiles laterales, ecualización y dos tipos de perfiles sónicos diferentes en los cuales entran los dos diseños de tapones anteriormente mencionados.
En el momento que vemos que el ecualizador solamente tiene 3 bandas con una tolerancia de 6 dB, empezamos a tener problemas y vemos que el diseño probablemente ni siquiera busque satisfacer a usuarios exigentes para empezar.
Lo cual me resulta cuestionable dado que Sennheiser es uno de los pilares de antaño en el cuadrante del audio profesional.
Para agregar a las decepciones, se suma el tema de las dos modalidades. Modalidad consciente y modalidad enfocada.
La diferencia, en interpretación de lo explicado tanto en página web como en manuales… Es que la modalidad consciente simular auriculares de cabina abierta, y permite que también escuchemos lo que pasa a nuestros alrededores en combinación con nuestra música; mientras que el modo enfocado simula cabina cerrada y aislamiento para una experiencia más inmersiva.
No obstante… La realidad de la situación va difícilmente a la par con las exposiciones.
El modo “consciente” es el modo de sonoridad más natural y orgánico que podemos obtener del dispositivo. Ese que tiene un rango de frecuencias extenso y buen balance entre las mismas.
Con el modo “enfocado” tenemos un serio problema… Es basura.
Lo que se supone que va a ofrecernos una experiencia con más dimensión, definición, contraste y coloración; hace exactamente lo contrario.
Al activar esta modalidad las diferencias a notar fueron:
- Corte frecuencial en los bajos.
- Corte frecuencial en los altos.
- Pérdida sustancial de volumen.
- Compresión global de ataque lento que acentúa golpes y percusiones, pero ahoga los demás transitorios largos.
Y la situación no se vuelve particularmente mejor en el momento que vemos que no tenemos modo de simulación Atmos ni sonido “envolvente”.
Y para gaming, ni de broma…
Poniendo la cereza sobre el pastel, la aplicación, luego de tomarse aproximadamente 20 minutos actualizando el firmware de los auriculares en un Samsung Galaxy S22+; tampoco mejoró de ninguna manera perceptible los niveles de latencia tan escandalosos con los que nos encontramos.
En pruebas de instrumentos musicales digitales para dispositivos móviles, al igual que videojuegos, las latencias registradas para la reproducción del audio a tiempo real fueron de los 300 a los 500 ms.
Ante semejantes números… La idea de ofrecerlos como una buena opción para videojuegos está completamente fuera de la conversación.
Finalizando
Podría parecer que fuimos drásticos y contundentes con las críticas hechas a los Sennheiser Sport True Wireless. No es para nada la intención.
Es simplemente lo que viene con el arte de ser imparcial desde una perspectiva videojugabilística y de audiófilo.
Como lo que son… Auriculares ofreciedos para los amantes de las actividades físicas… Son una excelente opción que promete mostrarse práctica, confiable y duradera bajo el debido cuidado.
Como cualquier otra cosa de las que buscan ofrecer los competidores del circuito de auriculares inalámbricos para uso cotidiano, y dentro de su rango de precio de lista, se quedan algo cortos.
Este review fué posible gracias al ejemplar cortesía de Sennheiser.