En una reciente entrevista con PBS, el Secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., volvió a encender el debate sobre los videojuegos violentos al mencionarlos como uno de los posibles factores detrás del aumento de la violencia con armas en las escuelas del país.
Aunque no ofreció detalles específicos, sus declaraciones se suman a una larga lista de figuras políticas que han culpado a la industria del gaming por problemas sociales complejos.
Kennedy Jr. también mencionó el uso excesivo de medicamentos psiquiátricos y el impacto de las redes sociales como elementos que están siendo investigados por los Institutos Nacionales de Salud. Según él, se están iniciando estudios para analizar la relación entre la sobre medicación infantil y los comportamientos violentos. Sin embargo, el comentario sobre los videojuegos fue breve y sin evidencia directa, lo que ha generado críticas entre expertos y gamers por igual.
Este tipo de acusaciones no son nuevas. En 2019, un estudio del profesor Tobias Greitemeyer sugirió que los videojuegos violentos pueden aumentar la agresividad, mientras que investigaciones más recientes, como la de la Universidad de Oxford, no encontraron ninguna correlación entre el tiempo de juego y el comportamiento agresivo. De hecho, se cuestiona que muchos estudios anteriores podrían haber estado sesgados por los prejuicios de los investigadores.
Lo curioso es que RFK Jr. no es ajeno al mundo gamer. En 2024, reveló haber invertido $24,000 en acciones de GameStop como muestra de apoyo a los inversores minoristas tras el fenómeno impulsado por Roaring Kitty. Esta contradicción entre su inversión en una empresa icónica del gaming y sus declaraciones actuales no ha pasado desapercibida.