Los videojuegos de los años 90 exigían horas de concentración para superar un solo nivel, sin interrupciones, nada de notificaciones molestas o anuncios invasivos. Jugadores como los de Super Mario o The Legend of Zelda debían planear cada movimiento con paciencia.
Hoy en día todo eso ha cambiado, estudios como el de Microsoft en 2015 muestran que la atención de Gen Z dura solo ocho segundos en promedio, expertos creen que la evolución de los juegos parece clave.
Los títulos actuales usan trucos mentales para retener a los usuarios, Battle passes con recompensas diarias, mecánicas de FOMO que generan urgencia por no perderse ediciones limitadas, imagina un pase de temporada en Fortnite que expira pronto, empujándote a jugar más, esto libera dopamina constante, pero fragmenta el enfoque. Un informe de McKinsey desmiente que la Gen Z solo soporte breves ráfagas; en realidad, dominan el multitasking, pero luchan con tareas largas.
Juegos como Apex Legends lo explotan, en contraste, los 90 fomentaban resistencia mental. vencer a un boss en Metal Gear Solid requería estrategia pura. Sin salvavidas. Investigaciones en Nature revelan que géneros de acción antiguos mejoraban la atención visual sostenida.
Niños de esa era desarrollaban paciencia. Hoy, con apps como TikTok, el scroll infinito acorta todo, la generación Z pasa hasta 2.5 horas diarias en redes, según datos de 2023.
Los padres notan que sus hijos abandonan libros por clips virales, el cambio es cultural y profundo, algunos expertos debaten el impacto, unos ven beneficios ya que los juegos de acción agudizan la reacción rápida, útil en la vida real, otros alertan sobre adicción, la OMS clasifica el gaming excesivo como trastorno desde 2018.
Para la Gen Z, el FOMO en pases de batallas genera estrés, no solo emoción, un estudio en PLOS ONE vincula los loot boxes con conductas de riesgo, surgen distintas soluciones, Apps como EndeavorRx, aprobadas por FDA, entrenan el foco en niños con TDAH.
La brecha entre eras resalta un dilema, los juegos modernos enganchan, pero ¿a qué costo? la Gen Z brilla en creatividad rápida, pero flaquea en profundidad. Los padres y devs buscan un equilibrio, límites en pantallas, diseños éticos. El futuro depende de nosotros.