El despido masivo de 31 empleados de Rockstar Games que trabajaban en Grand Theft Auto VI ha escalado hasta el Parlamento británico y llegó directamente al Primer Ministro Sir Keir Starmer, quien calificó el caso como “profundamente preocupante”.
Starmer aseguró que “todo trabajador tiene derecho a unirse a un sindicato” y prometió que ministros investigarán lo ocurrido.
Los despidos, realizados a finales de octubre, afectaron a personal en Reino Unido y Canadá que participaba en un servidor privado de Discord donde se discutía la organización sindical. Según reportes de Bloomberg y People Make Games, Rockstar utilizó como justificación que los empleados compartieron y debatieron un mensaje interno sobre cambios en la política de Slack, lo que la compañía consideró “conducta grave”.
El sindicato IWGB denunció la medida como “el acto más descarado y despiadado de union busting en la historia de la industria del videojuego”, acusando a Rockstar de actuar con “flagrante desprecio por la ley y por la vida de los trabajadores que generan sus miles de millones”.
Incluso el parlamentario Chris Murray, representante local de Rockstar North, relató que en una reunión con la empresa se les exigió inicialmente firmar un NDA para poder entrar, lo que aumentó las sospechas sobre la transparencia del proceso. Murray afirmó que no recibió pruebas claras de las supuestas faltas que justificaran los despidos inmediatos.
Mientras tanto, GTA VI sigue en desarrollo y, tras su último retraso, está previsto para el 19 de noviembre de 2026, con proyecciones de ventas que podrían superar los 3 mil millones de dólares en su primer año.
