La anticipación por «Grand Theft Auto VI» (GTA VI) continúa creciendo, y con ella, los rumores sobre su posible precio. Una reciente filtración de un minorista suizo ha generado preocupación entre los fans, al listar el juego para pre-orden a un precio significativamente más alto de lo esperado, superando incluso las predicciones de algunos analistas. Esta posible cifra ha alimentado el debate sobre el costo de los videojuegos de nueva generación y el impacto en los consumidores.
El listado del minorista Brack, que fija el precio de la edición base de «GTA VI» en 99 francos suizos (CHF), se traduce en aproximadamente 112 dólares estadounidenses. Esta cifra supera las estimaciones previas, incluyendo las del analista Michael Pachter, quien sugirió que el juego podría superar los 100 dólares. La reacción de los fans ha sido de incredulidad y preocupación, con muchos expresando su esperanza de que el precio sea un simple marcador de posición.
A pesar de la inquietud, algunos señalan que el listado podría ser provisional y que el precio final podría cambiar una vez que Rockstar Games revele más detalles sobre el juego. Sin embargo, la reputación del minorista suizo, conocido por su precisión en listados anteriores, añade credibilidad a la filtración. La incertidumbre sobre el precio final mantiene a los fans en vilo, mientras esperan la confirmación oficial de Rockstar.
El debate sobre el precio de «GTA VI» también ha involucrado a figuras clave de la industria. Strauss Zelnick, CEO de Take-Two Interactive, la empresa matriz de Rockstar, ha declarado que su objetivo es ofrecer un valor superior al precio cobrado. Esta declaración sugiere que la compañía está consciente de las expectativas de los consumidores y busca justificar el posible alto costo del juego.
La posible fijación de un precio elevado para «GTA VI» podría tener un efecto dominó en la industria de los videojuegos. Algunos desarrolladores y editores estarían esperando que Rockstar establezca el estándar antes de ajustar sus propios precios. Esta situación podría llevar a un aumento generalizado en el costo de los videojuegos de nueva generación, lo que afectaría a los consumidores y al mercado en general.