La nueva película de Disney, Mulan (2020) estrenada ayer en directo, dirigida por Niki Caro, recuerda dos cosas. Primero, naturalmente, la película animada de 1998 de la que fue adaptada y segundo, cierta similitud en su ejecución parecido a Star Wars: Episodio IX – El ascenso de Skywalker.
No hay mucha ciencia ficción en la nueva película de Disney, aunque si hay una porción razonable de fantasía.
La mayor parte de la historia, basada en la leyenda de Hua Mulan, sigue siendo la misma. Mulan (Liu Yifei) tiene una voluntad fuerte y no tiene miedo de decir lo que piensa. Esas cualidades preocupan a su familia, ya que pueden impedirle encontrar lo que habitualmente una chica de su comunidad estaría comúnmente destinada.
A diferencia de la película de 1998, y a diferencia de la mayoría de los remakes de acción de Disney, aquí no hay un despliegue de canciones, ni escenas típicas con derroche artístico. Mulan es una película que luce como otra historia común de acción oriental, pero sin la magia que caracteriza a Disney.
Sin embargo, la película tiene melodías que van acorde con la antigua música de su predecesora, de esa manera, Disney parece aprovechar el sentimiento de nostalgia para lograr capturar las emociones bien establecidas de la película animada, al menos para aquellos que estamos familiarizados con ella. La misma táctica también se usa en las nuevas películas de Star Wars, que se basan en la nostalgia y sacan a relucir los temas respectivos de Luke y Leia para llegar directamente a los conductos lagrimales de los fans devotos de Star Wars.
Desafortunadamente, las señales musicales no son suficientes para distraer la atención del entorpecido guion de Mulan.
La joven guerrera es referida repetidamente como “la hija” y, a pesar de la insistencia del guion en que sea fiel a sí misma: leal, valiente, verdadera, palabras que significan mucho para la familia Hua, la falta de buen humor comido (comedia) es demasiado carente y el machismo se impone de una manera que desvirtúa el ser femenil, pero de manera exagerada.
La chica Hua Mulan está rebosante de esta energía, y ese exceso de chi es lo que la hace ser más especial, en lugar de su propia determinación cuando las probabilidades y los obstáculos parecen insuperables.
Liu Yifei maneja fácilmente tanto la seriedad como la broma, pero tiene pocas oportunidades para mostrar su encanto. Aquí ni siquiera hay oportunidad para romanticismo, como es habitual en las historias heroicas.
A parte de la protagonista, todos los demás actores solo están a penas el tiempo suficiente para proporcionar breves momentos de emoción. Donnie Yen y Jet Li, por ejemplificar, apenas obtienen algunas apariciones no tan relevantes. Aunque no podemos dejar de admitir que ambos dan lo mejor de sí, aprovechando al máximo su oportunidad.
Con un elenco de estrellas asiáticas, el reparto principal de Mulan está integrado por:
Yifei Liu (Mulan)
Donnie Yen (Comandante Tung)
Jet Li (El Emperador)
Gong Li (Xianniang)
Jason Scott Lee (Bori Khan)
Pei-Pei Cheng (La casamentera)
Yoson An (Chen Honghui)
Xana Tang (Hua Xiu)
Rosalind Chao (Hua Li)
Utkarsh Ambudkar (Skatch)
Chum Ehelepola (Ramtish)
Nelson Lee (El Canciller)
Roger Yuan (Duba Tegin)
Doua Moua (Po)
Dado a que todos los actores de la película son de ascendencia asiática eso les permite hablar con sus acentos naturales y le permite encarnar de la mejor manera el arte conceptual de la película. Pero eso no logra hacer que la película sea super grandiosa.
Para decirlo crudamente y en pocas palabras, Mulan sufre del síndrome de los “asiáticos locos”, con algunas exuberancias en su historia y una ejecución algo inestable. Pero, aun así, por momentos emociona. No hay que ser tan mezquino.
Esta película de Mulan se siente algo genérica y carente de la magia que caracteriza a Disney. Con una inclinación del guion extremista hacia el nacionalismo y el machismo.
Este remake de Mulan puede que supere cómodamente a cualquier película de la cultura oriental, pero no logra superar su propio pasado, ni permanece fiel al guion original al que está llamado a adaptar de manera sobresaliente. Renuncia a las ideas más contundentes de la película animada (las canciones y los orígenes humildes del heroísmo) para intentar contar una historia más hacia lo convencional. El final logra ser emotivo y puede que hasta te asome las lágrimas.
Mulan (2020) se estrenó ayer 4 de septiembre en directo por Disney Plus, con un precio premium de estreno de US$29.99; esto es, un valor adicional al que ya pagan los usuarios por la suscripción en la plataforma. A partir del 4 de diciembre es cuando todos los suscriptores podrán verla sin costes adicionales.
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