Morris, un caimán con una notable trayectoria en el cine y la televisión, siendo su papel más recordado el del caimán tuerto en la comedia de 1996 «Happy Gilmore», falleció el lunes en Mosca, Colorado, a una edad estimada de más de 80 años.
La causa de su muerte fue la vejez, según informó el Colorado Gator Farm, el santuario donde residía. La granja explicó que, aunque su edad exacta era desconocida, su tamaño en 1975 y otros indicadores como su ritmo de crecimiento y la pérdida de dientes permitían estimar que superaba las ocho décadas de vida.
Jay Young, el encargado de la granja, compartió un emotivo video en el que, con lágrimas en los ojos, acariciaba la cabeza de Morris, confesando el fuerte vínculo que habían desarrollado. Relató que el caimán había comenzado a comportarse de manera inusual una semana antes, mostrando falta de apetito y sin reaccionar a su presencia. Al momento de su muerte, Morris medía 3,33 metros de largo y pesaba 290 kilogramos.
La historia de Morris es peculiar: fue descubierto en un patio trasero de Los Ángeles, donde era mantenido ilegalmente como mascota. Su carrera en la actuación comenzó en 1975 y culminó en 2006, año en que se retiró al Colorado Gator Farm.
Su papel más icónico fue sin duda en «Happy Gilmore», la exitosa comedia protagonizada por Adam Sandler. En una escena memorable, Morris, interpretando a un caimán tuerto, roba una pelota de golf, lo que lleva al protagonista a enfrentarlo con un palo de golf. Happy reconoce en el animal al mismo que le había amputado la mano a su mentor, Chubbs, interpretado por Carl Weathers. Esta revelación desencadena una persecución vengativa que culmina en un enfrentamiento en el lago, con un desenlace desfavorable para el reptil.
Adam Sandler rindió homenaje a Morris en Instagram, recordando con humor su profesionalismo y dedicación al «arte» cinematográfico, aludiendo cómicamente a sus exigencias en el set. Además de «Happy Gilmore», Morris también participó en otras producciones cinematográficas como «Entrevista con el vampiro», «Blues Brothers 2000» y «Dr. Dolittle 2». La historia de Morris, el caimán actor, es un curioso y entrañable ejemplo de cómo los animales pueden dejar una huella inesperada en la cultura popular.