Según un informe de Bloomberg, Microsoft estaría planeando un nuevo recorte masivo de empleos en su división de videojuegos la próxima semana, lo que marcaría la cuarta oleada de despidos en Xbox en solo 18 meses.
Aunque la compañía no ha confirmado oficialmente los detalles, fuentes internas sugieren que los recortes serían «significativos», afectando principalmente a puestos gerenciales.
Esta medida se suma a una tendencia alarmante en Microsoft, con una serie de despidos en los últimos años: 10,000 empleados despedidos en enero de 2023, 1,900 en enero de 2024, incluidos equipos de Activision Blizzard, 650 en septiembre de 2024, muchos de Bethesda, 6,000 más en mayo de 2025, tras consolidar la adquisición de Activision.
El periodista Jason Schreier (Bloomberg) advirtió que, aunque se desconoce el número exacto, se espera que el impacto sea considerable. Los despidos coincidirían con el inicio del nuevo año fiscal de Microsoft, que comienza el 1 de julio, lo que sugiere un intento de «ajustar» balances tras la inversión récord en Activision Blizzard.
Lo más paradójico es que estos recortes ocurren mientras Microsoft reportaba $25.8 mil millones de ganancias netas en su último trimestre. La justificación corporativa choca con el costo humano: familias enteras afectadas en una industria ya golpeada por más de 20,000 despidos en 2025.
Este caso refleja la cruda realidad, en donde incluso en empresas con ganancias billonarias, los trabajadores siguen siendo el eslabón más débil e indispensable.