Ooooooooooooooooooooooooooookayyyyyyyyyyyyyyyyyy…!!!!!! >:D
De verdad que no podría ser una mejor época para ser un amante empedernido del heavy metal y de los video juegos.
Cada año, los umbrales y estándares son empujados de una manera inesperada, ya sea desde lo narrativo, lo visual, o lo musical.
Recientemente estuvimos reseñando algo conocido como “A Musical Story”, en donde tomé una posición de admiración personal hacia un juego simple pero entretenido que buscar despertar aptitudes cognitivas dentro de la mente de quien lo juega.
El pasado 15 de septiembre nos llevamos una grata y e inmensa sorpresa al jugar lo que fue uno de los juegos independientes más anticipados del año, del cual estuve personalmente inadvertido. Lo cual incrementó el nivel de felicidad y emoción que sentí al jugarlo por primera vez y ver lo que tenía para ofrecer.
El videojuego predilecto de todo metalero
Siendo el metal un tema de discusión reciente, debido al resurgimiento de bandas como “Metallica” en las listas de reproducción en línea gracias a series como “Stranger Things” … La cadencia con la cual este juego fue lanzado no pudo ser más conveniente.
“Metal: Hellsinger” es una aventura a través de los distintos cuadrantes del infierno junto a una diabla a la cual el narrador llama “The Unknown”, por su traducción al español “La Desconocida”.
Junto a ella tenemos a “Paz”, un cráneo mágico dotado con la inconfundible e icónica voz de “Troy Baker”, que es narrador y arma del arsenal al mismo tiempo… Para agregar a la lista de currículos impredecibles…
Y, en resumen, “La Desconocida” ha sido encarcelada en el infierno y ha sido depravada de su voz bajo pretensiones de intransigencia e insubordinación por “La Jueza Roja (The Red Judge)”. Quien viene siendo una versión femenina de Satanás y personaje antagónico principal.
En un viaje de venganza al ritmo de crujientes guitarras eléctricas, una potente batería y las demoníacas voces de super estrellas del heavy metal internacional, acompañamos a “Paz” y a “La Desconocida” en una de las aventuras más entretenidas que hemos tenido en mucho tiempo.
Una plétora de estímulos cognitivos sucediendo al mismo tiempo
“Metal: Hellsinger” es una combinación muy particular de la fórmula para juegos de disparos establecida por los más recientes juegos de “DOOM”, los cuales se hicieron extremadamente populares gracias a las composiciones de “Mick Gordon”; y juegos de acción rítmica como “Beat Saber”.
Armados con magia, armas de combate cuerpo a cuerpo, y diversas armas de rango; atravesamos 8 niveles de pura intensidad en los cuales tenemos un objetivo claro y simple. Dispararle a todo lo que se mueva sin perder el ritmo.
El meollo del asunto es definitivamente musico-céntrico e invita al jugador a enfocarse primero en lo que está sucediendo musicalmente.
Tan pronto empiezan los niveles y se nos da control del personaje, empiezan las “ultra violentas (si, lo dije…)” composiciones de fondo junto a una señal visual del tempo o “pulsaciones por minuto” bajo la cual funciona dicha composición.
El reto radica en que todo lo que hagamos debe ir con el ritmo. Ya sea desde las mecánicas de movimientos rápidos, hasta la taza de ejecución de nuestros ataques.
De hecho, la cosa es tan musical que, si no disparamos o atacamos a tiempo con la composición, el daño que hacemos es casi imperceptible.
El secreto del juego es siempre mantener lo que sea que estemos haciendo a ritmo con los “riffs” de guitarra y ritmos de batería que, al igual que la fórmula popularizada por juegos como “Super Mario 64”, y más adelante por el maestro Mick Gordon en juegos como “DOOM (2016)”; va evolucionando y agregando capas de espectros sónicos que reaccionan al progreso y desempeño del jugador.
Pero por la parte mecánica…
El juego trae una jugabilidad muy similar a otros juegos de disparos en primera persona con énfasis en tiros de cadera.
En otras palabras, no es necesario traer una mira de enfoque a la pantalla cada vez que tomemos un disparo. Por el contrario, funciona similar a juegos como “DOOM”, “Counter Strike”, “Overwatch”, o podría decirse que hasta “Skyrim”.
Desde lo personal, me resultó simplemente encantador el detalle de como el juego hace que el jugador pase por un proceso de calibración de latencias que compensa acorde; en anticipación de la extensa gama de periféricos para video juegos que hay en el mercado.
Estos no son necesariamente instrumentos musicales o artefactos de producción de audio que mantienen los niveles de latencia ridículamente bajos y, por tanto, busca compensar de manera que la experiencia haga que nuestro mouse y teclado, o control, se sientan como si lo fuesen.
Semejantes detalles son los que dotan a “Metal: Hellsinger”, con todo y su calidad de “juego indie”, de una jugabilidad extremadamente fluida y libre de errores o contratiempos que puedan resultar molestos al jugador.
Cuando hablamos de una experiencia musicalmente magna, hablábamos en serio…
No es una novedad que los músicos del entorno internacional del heavy metal han encontrado su cabida en el mundo de los video juegos… Yo, desde lo personal, soy uno que trabaja diariamente para ello.
En esta vuelta tenemos a “Two Feathers”, una pareja de compositores suecos que traen toda la belleza, finura, elegancia y particularidades del metal sueco a la bandeja.
Para aquellos que se lo preguntan… El metal confeccionado en Suecia mayormente pasa por los filtros de “Groove metal”, “metal melódico”, “death metal”, y “technical metal”.
El punto en el que los entusiastas del género pueden identificar de inmediato la nacionalidad de la banda surge en el momento que se dan a notar los bateristas extremadamente técnicos y disciplinados con sus latencias y rebotes, guitarras distorsionadas armónicamente ricas que sin embargo son mantenidas a raya desde lo frecuencial, y vocalistas super versátiles que demuestran habilidades en canto lírico que a veces saltan al reino de lo soprano o lo tenor en combinación con voces guturales sumamente agresivas que, sin embargo, se dan a entender para aquellos que manejen el idioma en el que cantan.
Características que son traídas en su totalidad a las composiciones y “soundtracks” de “Metal: Hellsinger”.
Para sazonar el atractivo musical del mismo hacia los entusiastas del heavy metal, nos encontramos con la super agradable de sorpresa de ver vocalistas invitados de bandas que cualquier entusiasta del rock y el metal en general debe conocer.
- Mikael Stanne, de “Dark Tranquillity”
- Alyssa White-Gluz, de “Arch Enemy”
- Tatiana Shmayluk, de “Jinjer”
- James Dorton, de “Black Crown Initiate”
- Matt Heafy, de “Trivium”
- Bjorn Strid, de “Soilwork”
- Dennis Lyxen, de “Refused & Invsn”
- Randy Blythe, de “Lamb Of God”
- Serj Tankian, de “System Of A Down”
Todos colaborando con la pareja de compositores en lo que termina siendo una velada musical de ensueño llena de temas extremadamente memorables, potentes y con un nivel de mezcla y masterización claro y balanceado que promete convertirse en nuestro nuevo “playlist metal” favorito.
La navaja de Ockham del gaming moderno…
El hecho de que un juego como “Metal: Hellsinger”, con un cierto nivel de simplicidad que le impide venderse como un juego AAA, logre semejante nivel de apego emocional, intensidad, interacción, y no menos importante, diversión; no es menos que impresionante y respetable en una época como la actual.
No es menos que prevalente el nivel de pasión y empeño que ponen los creativos de semejante obra al momento de sacar el mayor provecho posible de una nueva propiedad intelectual videojugabilística construida sobre un motor de juegos como “Unity”, el cual es mayormente venerado por su simplicidad y facilidad de uso.
Para cerrar…
Sí. Vale hasta el último centavo.
¿Estoy siendo parcializado porque al final del día, desde lo personal, soy un músico entusiasta de los videojuegos, y amante del heavy metal?
Probablemente. Pero adivina que… Es precisamente la demográfica que un juego como Metal: Hellsinger planea enamorar.
Hellsinger es una carta de amor al gamer metalero. En todo el sentido de la palabra.
Un juego de arcada que no busca mucho más que entretenerte y elevar los niveles de adrenalina para pasar un buen rato.
Por el mismo tempo… Un juego que no necesita de “ray tracing” o gráficos de última generación, ni una historia sumamente compleja y rebuscada para querer acatar a lo “intelectual”.
Y finalmente… Un juego al que puedes regresar cualquier día del año, ya sea a escuchar música que definitivamente querrás oír otra vez, o a practicar tus mecánicas en juegos de disparos de una manera entretenida y con un nivel de fidelidad muy alto.
Este review fué realizado en PC gracias a la copia suministrada por «The Outsiders».