La comunidad de PlayStation ha expresado su preocupación tras descubrir una oferta laboral de Sony que sugería una expansión multiplataforma de sus juegos first-party. Numerosos aficionados han enviado correos a la compañía, temiendo que títulos exclusivos puedan llegar a consolas rivales como Xbox.
Ante la polémica, Sony emitió un comunicado ambiguo pero reconfortante: «Seguimos explorando formas de expandir el ecosistema de gaming, pero manteniendo la identidad única de PlayStation». El mensaje, aunque genérico, reafirma su compromiso con la exclusividad, al menos parcialmente.
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El debate surge en un contexto donde Xbox ya ha llevado juegos como Sea of Thieves o Grounded a PS5, rompiendo barreras tradicionales. Sin embargo, Sony ha sido más cauteloso: hasta ahora, solo ha liberado live-service (como Helldivers 2) o ports tardíos (como Horizon Forbidden West en PC).
Analistas señalan que la posible pérdida de exclusividad podría deberse a los enormes costos de desarrollo actuales. «Con presupuestos que superan regularmente los 200 millones de dólares por juego, las compañías necesitan ampliar su base de jugadores para ser rentables», explica Daniel Ahmad de Niko Partners. Sin embargo, otros argumentan que la exclusividad sigue siendo el principal diferenciador entre consolas.
Con la industria en constante evolución y las fronteras entre plataformas cada vez más difusas, queda por ver si Sony mantendrá su tradicional postura o si, como parece insinuar su oferta de trabajo, está preparándose para un cambio de paradigma que podría redefinir el futuro de PlayStation.