En sus memorias, “Beyond the Throne”, Kristian Nairn, el icónico Hodor de “Game of Thrones”, describe su viaje personal que va más allá del set de grabación. El actor comparte anécdotas fascinantes sobre su experiencia en la exitosa serie, revelando secretos y momentos inolvidables que cautivarán a los fans.
Sin embargo, una de las revelaciones más sorprendentes del libro es el papel fundamental que jugó el videojuego “World of Warcraft” en su recuperación de una adicción a las drogas. Nairn describe cómo se sumergió en un mundo virtual para escapar de sus demonios y encontrar una vía de escape. El actor detalla cómo las horas interminables dedicadas a explorar Azeroth y completar misiones lo ayudaron a superar un período oscuro de su vida.
Nairn vio que su salud física y mental se estaba deteriorando, junto con su vida profesional. Después de una experiencia catastrófica con la ketamina, se retiró a un bungalow al pie de las montañas Mourne de Irlanda y jugó a WoW “desde el amanecer hasta el anochecer” mientras se desintoxicaba de las drogas.
La conexión de Nairn con los videojuegos va más allá de una simple distracción. El actor confiesa su preferencia por los personajes no humanos y su pasión por coleccionar objetos virtuales. Para él, los videojuegos ofrecen una forma de escapar de la realidad y experimentar nuevas sensaciones. Además, la comunidad en línea de “World of Warcraft” le proporcionó un apoyo invaluable durante su proceso de recuperación.
En su entrevista con Polygon, Nairn profundiza en su relación con World of Warcraft y comparte detalles sobre su estilo de juego. El actor revela que disfruta de la sensación de logro que se obtiene al completar objetivos y coleccionar objetos raros. Asimismo, reconoce que los videojuegos le han permitido desarrollar habilidades sociales y establecer amistades duraderas con personas de todo el mundo.
“Con el PvP, me estreso demasiado. Soy terrible. Mi amigo Jake y yo jugábamos PvP juntos, y simplemente teníamos que parar, o la amistad no estaría aquí hoy. Nos habríamos matado. Me estreso demasiado. Y por eso nunca juego de sanador. Respeto mucho a los sanadores y tanques, que tienen toda la responsabilidad. Yo solo me siento ahí y pego.“
La historia de Kristian Nairn es un testimonio del poder de los videojuegos para transformar vidas. Su experiencia demuestra cómo los mundos virtuales pueden convertirse en un refugio seguro y una herramienta terapéutica para aquellos que buscan superar desafíos personales.