La próxima actualización de iOS 14.5 de Apple permitirá a los usuarios conectar su iPhone al controlador DualSense de la PS5 y al controlador Xbox Series X / S. Los iPads de Apple también admitirán la función. Via Gamerant
Desde el auge de los juegos multijugador móviles como Fortnite y Call of Duty: Mobile, los jugadores han deseado una forma más táctil de jugar en sus dispositivos en lugar de usar la pantalla táctil del iPhone. La actualización de iOS 13 que se lanzó en el otoño de 2019 les dio a muchos jugadores lo que querían al admitir la conectividad para el controlador PS4 DualShock y el controlador Xbox One. Después de conectarse, los jugadores pueden usar su controlador favorito para jugar a cualquier juego que admita controladores externos en su iPhone.
La actualización de iOS 14.5 ya está disponible para los miembros del programa de pruebas beta y se lanzará a finales de este mes para el publico. Después de descargar esta actualización, los jugadores podrán sincronizar sus dispositivos configurando su controlador DualSense o Xbox en modo de emparejamiento y seleccionándolo en la pestaña “otros dispositivos” en la sección Bluetooth de la aplicación Configuración. Los controladores funcionarán igual que los controladores de PS4 y Xbox One, lo que significa que las características de próxima generación, como el panel táctil de DualSense, no funcionarán para juegos móviles.
La próxima actualización facilitará a los usuarios abrir su teléfono sin tener que quitarse la mascarilla, si tienen un Apple Watch. La función se llama “Desbloquear con Apple Watch” y permite que los iPhones utilicen un Apple Watch autenticado y desbloqueado como método de verificación secundario. La función requiere que el Apple Watch correspondiente se ejecute en watchOS 7.4.
La actualización también incluirá la tan esperada función de transparencia de seguimiento de aplicaciones, que requiere que los desarrolladores de aplicaciones soliciten el permiso de un usuario para habilitar el seguimiento de anuncios en otras aplicaciones. Esto hace que sea más difícil para empresas como Facebook recopilar datos sobre sus usuarios, aunque no lo prohíbe.
