Uno de los fenómenos culturales de la década dentro de las aguas de los video juegos ha sido “Injustice”. Una saga que ha dado agua de beber y de qué hablar por cantidades exageradas, y que surge producto de la alianza de “DC Comics” y “Netherrealm Studios” donde creativos tanto de propiedades intelectuales del mundo de los superhéroes como de la afamada saga “Mortal Kombat”, trabajarían de la mano en un aporte mutuo a la calidad del contenido.
“Injustice: Gods Among Us” fue el primer trago que nos ofreció “Netherrealm Studios” como prueba de que poseen las capacidades de tomar a los personajes icónicos de “DC Comics” y traerlos a un juego de peleas competente, mientras que las últimas 2 películas animadas de “Mortal Kombat” fueron prueba a la inversa de piezas maestras animadas en “Scorpion’s Revenge” y “Battle Of The Realms”.
Como fundación a la saga de videojuegos de “Injustice” fue escrito un comic de 5 tomos anuales y 2 “spin-off”, cuya narrativa principal sirve como fundación argumental para los sucesos dentro de “Gods Among Us”. Un cómic que, en la época en la que parecería que el “manga” arropa la relevancia cultural del cómic americano cada día más, logró hacerse de la atención de los eruditos y volverse una saga favorita entre los fans.
Si bien dada la cantidad de películas animadas de superhéroes que salen cada año, es de esperarse que una que otra no cuaje de la mejor manera o que simplemente no sea del agrado de una mayoría, la situación cruza la línea de lo absurdo en el momento en el que la adaptación animada de tan venerado cómic resulta ser un fracaso de proporciones cataclísmicas por razones bastante tontas.
Adaptación histórica
El material de referencia para “Injustice” fue algo que vino desarrollándose posterior al lanzamiento de los videojuegos por un período de 5 años. Con mucho pensar en la calidad narrativa y en cómo lograr una historia diferente de ese universo paralelo donde Superman, opuesto a ser el ícono de paz mundial que conocemos, es una completa amenaza para el universo.
Sin embargo, la adaptación animada busca encerrar 2 años completos de este cómic en un metraje de 88 minutos de una manera paupérrima donde no sólo se rompe con el sentido argumental de muchos de los personajes, sino que también se siente una falta de dedicación por parte del departamento de escritura y narrativas. Es casi como si hubiesen hecho una película animada bajo estándares de las series de “CW” y le hubiesen pegado calcomanías y escenografía de los cómics de “Injustice” por amor al “fan service” y completamente desprendidos de todo contexto.
Por si no fuese suficiente que a lo largo de la película poco a nada tenga sentido o explicación lógica; la conclusión que buscaron darle, la cuál no deja paso a secuelas que puedan hacer de esto una saga merecedora del seguimiento de los fanáticos; fue tan inesperada como fue desagradable. La clase de conclusión que echa leña al fuego de desaprobación en el cuál se queman películas como “Batman v Superman” y “Justice League (Joss Whedon)”.
Actuaciones de voz
Esta era una de las razones por las que veníamos con altísimas expectativas de la serie. Ya que el elenco de actores de voz para los personajes es una propuesta realmente atractiva.
Entre ellos encontramos al ya conocido “Justin Hartley”, quién interpretó a Oliver Queen/Flecha Verde en la afamada serie “Smallville”; el veterano “Anson Mount”, directamente desde las aguas de Star Trek; y la tan solicitada “Laura Bailey”, quién ha hecho infinidad de voces femeninas en el mundo de la animación y los video juegos.
Tal parece ser que el hecho de tener tan excelente elenco haciendo un trabajo excepcional en la interpretación de los personajes no fue suficiente para distraer a una audiencia de aquello que fue más que evidente.
Animación
Mas allá de un argumento algo tétrico y un festival de cosas fuera de sitio, la animación de la película animada realmente está por encima del promedio. Con la animación característica de películas animadas recientes de “DC Comics”, coloración bien detallada, diseños innovadores de los personajes, y escenas de movimientos aceptables; la animación de la película nos da a entender que el estudio de producción si disponía de presupuesto y de recursos para lograr algo en grande.
Sin embargo, hubo algo que personalmente nos resultó molesto. Y el hecho de que aquellos que conocen de “Injustice” a profundidad saben que viene siendo como la “Juego De Tronos” de los cómics donde muchos personajes queridos mueren de maneras brutales y gráficas. La película optó por unos visuales más censurados y fáciles de digerir con todo y ser de clasificación “R” para mayores de 18 años. Lo cual suma una más a la lista de oportunidades desperdiciadas.
Musicalización
Sentimientos encontrados ya sobran. Una de las razones para ello es que la musicalización de la película realmente fue de muy alta calidad. Como ya hemos visto en películas de superhéroes donde es menester tener arreglos de orquesta que vayan creando pasajes emocionantes que acentúen lo visual y puedan crear esta experiencia caleidoscópica de imágenes y sonidos que nos roben el 110% de la atención.
Ahora, ¿qué sucede?
Sentimos que lo auditivo pretendía llegar a un lugar donde lo visual nunca tuvo intenciones de ir en primer lugar. Tanto el “factor impacto” como el “norte argumental” de la película son deficientes y carentes de sentido, y por tanto el viaje a través del carril pavimentado por lo visual y lo sónico se vuelve turbulento, difícil de procesar y hasta desagradable.
Conclusión
Producto, principalmente, una muy mala línea argumental y toma de decisiones narrativas; “Injustice” fracasa de una manera miserable en la tarea de adaptar uno de los cómics más trascendentes de los últimos 10 años a una película animada.
Algo que pudo ser una saga de películas animadas de repente quiso traerse a una película única de 88 minutos donde no existía manera alguna de abarcar todos los factores históricos que propone el comic en la cuál esta pretende basarse, y por lo tanto, tanto fans del comic que encontraron esta falta de precisión detestable, como audiencia casual que probablemente no entendieron qué se supone que estaba sucediendo en la mayor parte de la película; quedaron del lado de la inconformidad.
