Un caso insólito en Rusia ha generado debate, en donde un hombre que llevaba más de 20 años en la misma empresa fue despedido bajo la acusación de “usar las redes corporativas para fines personales”, al jugar videojuegos durante su jornada laboral. Sin embargo, el trabajador alegó que solo lo hacía en sus descansos, y el tribunal terminó dándole la razón.
La corte consideró que el despido fue injustificado, ya que en su contrato nunca se especificaba la prohibición de jugar videojuegos en los tiempos de pausa. Como resultado, el hombre no solo fue reincorporado a su puesto, sino que también recibió una compensación de 7.000 dólares en daños morales, un fallo que ha encendido la polémica en redes sociales y medios locales.
El caso refleja una tensión cada vez más común en el mundo laboral: la del uso de dispositivos y plataformas digitales dentro del entorno corporativo para fines personales. Mientras algunas empresas endurecen sus políticas para evitar distracciones, otros sostienen que los descansos son espacios personales donde el trabajador debería tener libertad para decidir cómo relajarse.
Para algunos, el fallo abre la puerta a que empleados justifiquen cualquier actividad durante sus pausas, incluso si afecta la productividad. Para otros, es un triunfo contra la rigidez empresarial y un recordatorio de que el descanso también es parte del trabajo.
