La llegada de God of War Ragnarok a PC ha sido un evento muy esperado por los fans, pero su lanzamiento ha estado marcado por una polémica que ha generado un intenso debate en la comunidad de jugadores, la obligación de vincular una cuenta de PlayStation Network (PSN) para poder disfrutar del juego.
Esta medida ha hecho que la cantidad de jugadores en Steam sea muy inferior a lo que fue el debut de God of War, que tuvo hasta más de 70,000 jugadores simultáneos, en comparación con los 20,000 de Ragnarok.
La medida, que ya había sido implementada anteriormente en otros títulos como Ghost of Tsushima y que se había planteado para Helldivers 2 (aunque finalmente se descartó), ha generado un gran descontento entre los usuarios de Steam y PC en general. Muchos consideran que esta exigencia es innecesaria y restrictiva, ya que limita la libertad de los jugadores y los obliga a crear una cuenta adicional en una plataforma que no utilizan habitualmente.
Las críticas se centran en varios puntos:
- Inconveniencia: Crear una cuenta de PSN solo para jugar un juego en PC resulta engorroso para muchos usuarios, especialmente si no tienen una consola PlayStation.
- Falta de privacidad: Vincular cuentas de diferentes plataformas puede generar preocupaciones sobre la privacidad de los datos personales.
- Exclusividad artificial: Algunos ven en esta medida un intento de Sony por mantener a los jugadores atados a su ecosistema, limitando la portabilidad de los juegos.
“Sí, no vincularé mi cuenta de PSN, especialmente para un juego de un jugador”, dijo un usuario en Steam. “Los servidores de PSN se cayeron y no puedo iniciar sesión en mi cuenta. No tiene remedio. Compré un juego single-player para jugarlo yo solo (…) El juego seguro que está bueno, pero no lo sé porque no lo puedo jugar aún”, dijo otra persona.
A pesar de las críticas, Sony ha defendido esta decisión argumentando que la vinculación de cuentas es necesaria para ofrecer ciertas funciones y servicios adicionales a los jugadores. Sin embargo, esta explicación no ha convencido a muchos, que consideran que se trata de una excusa para imponer una restricción innecesaria.
La situación ha generado un debate en torno a la libertad de los jugadores y al papel de las plataformas digitales en la distribución de videojuegos.