Fortnite ha anunciado un cambio significativo en su política de baneo, ofreciendo una segunda oportunidad a aquellos jugadores que fueron baneados permanentemente por hacer trampa. A partir de abril de 2025, aquellos que hayan cumplido más de un año de veto podrán regresar al emparejamiento regular. Sin embargo, esta medida no se extiende a la escena competitiva, donde los tramposos seguirán excluidos de los torneos oficiales.
La nueva política introduce un sistema de sanciones escalonado. Los infractores primerizos recibirán una suspensión de un año, tras la cual podrán volver a jugar. No obstante, una reincidencia conllevará un ban permanente. Esta clemencia no se aplica a quienes vendan software de trampas o cometan infracciones graves, quienes seguirán sujetos a la expulsión definitiva.
Además de suavizar las prohibiciones para ciertos infractores, Fortnite ha reforzado sus medidas antitrampas para los torneos. Se han establecido nuevos requisitos técnicos para los participantes, incluyendo un nivel de cuenta mínimo de 350 y la activación obligatoria de TPM y Arranque Seguro en sus computadoras. Estas medidas buscan asegurar un entorno de juego más justo y competitivo.
La noticia ha generado gran expectación entre la comunidad de Fortnite, especialmente en lo que respecta al posible regreso de creadores de contenido populares que fueron vetados. Uno de los casos más conocidos es el de Jarvis, quien fue expulsado en 2019 por utilizar software de trampas durante una transmisión en vivo. Su reacción al anuncio de Fortnite ha sido objeto de atención, alimentando la discusión sobre la idoneidad de ofrecer segundas oportunidades.