El FBI ha anunciado el cierre de su Oficina de Diversidad e Inclusión (ODI) a partir de diciembre de 2024. Esta decisión se produce en un contexto de creciente escrutinio y críticas hacia las iniciativas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en Estados Unidos, especialmente tras un atentado terrorista en Nueva Orleans que generó un debate sobre las prioridades de las agencias de seguridad.
Políticos como Steve Scalise, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, han expresado públicamente su preocupación de que el enfoque en la DEI esté desviando la atención y los recursos de las agencias de seguridad de su misión principal: proteger a los ciudadanos. Scalise y otros críticos argumentan que la «progresismo» en las agencias federales está priorizando la diversidad y la inclusión por encima de la seguridad, lo que consideran un error estratégico.
Las críticas se intensificaron tras conocerse que la oficina del FBI en Nueva Orleans había organizado eventos específicos de «Reclutamiento de Agentes de Diversidad». La senadora Marsha Blackburn también criticó al entonces director del FBI, Christopher Wray, acusándolo de priorizar las iniciativas DEI en detrimento de la seguridad nacional. Blackburn incluso llegó a afirmar que esta priorización de la diversidad sobre la competencia pone en peligro la vida de los estadounidenses.
Grandes corporaciones como Walmart, Meta, Ford y McDonald’s han tomado medidas similares, alejándose de las iniciativas DEI. Este cambio de rumbo en el sector privado se ve influenciado por el nuevo clima político tras la elección del presidente Trump y un fallo del Tribunal Supremo que prohibió la discriminación positiva por motivos raciales en las admisiones universitarias.
El cierre de la ODI del FBI es un reflejo de la creciente oposición a las iniciativas DEI en Estados Unidos, especialmente en el ámbito de la seguridad.