Graham Greene, actor canadiense de las Primeras Naciones y nominado al Oscar por su papel en Dances With Wolves, falleció el 1 de septiembre en Toronto a los 73 años, tras una larga enfermedad. Su interpretación de Kicking Bird no solo le dio reconocimiento internacional, sino que cambió para siempre la forma en que Hollywood retrata a los pueblos originarios.
Nacido en Ohsweken, dentro de la Reserva de las Seis Naciones, Greene no persiguió la fama desde el inicio. Trabajó en oficios humildes antes de descubrir su vocación en el teatro, tanto en Canadá como en Inglaterra. Su carrera despegó en los años 80, pero fue en 1990 cuando su vida dio un giro: Dances With Wolves lo convirtió en símbolo de respeto y profundidad actoral.
Desde entonces, participó en películas como Maverick, Die Hard With a Vengeance, The Green Mile y New Moon, además de colaborar estrechamente con Taylor Sheridan en Wind River, 1883 y Tulsa King. En televisión, dejó huella en series como Wolf Lake, Defiance, Echo, Longmire y Reservation Dogs, esta última reflejando el tipo de narrativa indígena que él siempre defendió. También participo en el mundo de los videojuegos interpretando a Rains Fall en Red Dead Redemption 2.
Premiado con un Grammy, un Gemini, un Canadian Screen Award y múltiples reconocimientos, Greene fue más que un actor: fue un puente entre culturas, una voz que nunca se quebró ante los estereotipos. Su última película, Ice Fall, ya está completada y será su despedida en pantalla.
Le sobreviven su esposa Hilary Blackmore, su hija Lilly y su nieto Tarlo. Paz a su alma.