Un estudio publicado en Nature Scientific Reports investigó el impacto de los videojuegos en la inteligencia de casi 10,000 niños de entre 9 y 10 años. La investigación se centró en analizar cómo diferentes actividades digitales, incluyendo videojuegos, visualización de videos online, uso de redes sociales y videollamadas, se relacionaban con el desarrollo cognitivo de los participantes.
El hallazgo principal del estudio reveló que los niños que jugaron videojuegos durante un período de dos años mostraron un aumento promedio de 2.55 puntos en su coeficiente intelectual (CI). Este incremento se atribuye al desarrollo de habilidades cognitivas como la memoria y la resolución de problemas, que se ven estimuladas por la interacción con los videojuegos. Este resultado contradice la creencia popular de que los videojuegos son perjudiciales para el desarrollo intelectual, sugiriendo que, bajo ciertas condiciones, pueden tener un efecto positivo.
El estudio también analizó el impacto de otras actividades digitales. La visualización de videos online también se asoció con un aumento en el CI, aunque en menor medida, con un promedio de 1.8 puntos. Este resultado indica que incluso actividades pasivas como ver videos pueden tener ciertos beneficios cognitivos, aunque no tan pronunciados como los observados con los videojuegos. En contraste, las interacciones en redes sociales y las videollamadas no mostraron una correlación significativa con el aumento del CI.
Esta diferencia en los resultados subraya la importancia de considerar la naturaleza de la actividad digital y no solo el tiempo que se pasa frente a la pantalla. Mientras que los videojuegos y la visualización de videos pueden estimular habilidades cognitivas específicas, las interacciones sociales online, al menos en este estudio, no mostraron el mismo efecto en el desarrollo de la inteligencia medida por el CI. Esto sugiere que el tipo de contenido y la forma en que se interactúa con él son factores clave.
El estudio de Nature Scientific Reports aporta evidencia científica que sugiere que los videojuegos, en un contexto de uso moderado y supervisado, pueden tener un impacto positivo en la inteligencia de los niños, específicamente en áreas como la memoria y la resolución de problemas. Sin embargo, el estudio también enfatiza la necesidad de un equilibrio en el uso de las tecnologías digitales y la importancia de que padres y cuidadores supervisen las actividades de los niños para maximizar los beneficios y minimizar los posibles efectos negativos del uso excesivo o inapropiado de las pantallas.