Emilia Pérez es una burla a la cultura mexicana afirman los fanáticos

La película francesa «Emilia Pérez», a pesar de su éxito internacional y múltiples nominaciones a los premios Oscar, ha desatado una ola de enojo en México. Este enojo se centra en varios aspectos, desde la representación del país hasta la elección del elenco y la forma en que se aborda un tema tan sensible como el narcotráfico.

El principal detonante de la indignación reside en la percepción de una apropiación cultural y una representación superficial de la realidad mexicana. La película, que aborda temas como el narcotráfico y la identidad de género en México, fue filmada en estudios franceses y protagonizada mayoritariamente por actores no mexicanos. Esta decisión, justificada por el equipo de casting alegando falta de talento mexicano adecuado, fue interpretada como un desprecio hacia la industria cinematográfica local y una falta de respeto hacia la complejidad del contexto mexicano. La recreación de México en Francia, con errores en la ambientación y terminología, solo intensificó la sensación de una visión distorsionada y poco auténtica.

Otro punto de la controversia se centra en la participación de Selena Gómez. Su interpretación de un personaje con acento español deficiente, a pesar de los esfuerzos por justificarlo con modificaciones en el guion, fue objeto de burlas y críticas. Además, la decisión de utilizar un formato musical para abordar temas tan delicados como las desapariciones y los secuestros fue considerada por muchos como una banalización de la tragedia.

El enojo del público mexicano fue aún más por la respuesta de la actriz trans, Karla Sofía Gascón, nominada al Oscar a Mejor Actriz, respondió de manera directa a las críticas en redes sociales, llegando a bloquear usuarios y recomendando ver otra cosa a quienes no disfruten la película, lo cual volvió a avivar el enfado de quienes ya estaban mostrando sus quejas sobre la película.

El director, Jacques Audiard, intentó justificar su enfoque explicando que su intención era crear una ópera, una obra estilizada y no un retrato realista de México. Admitió haber visitado el país varias veces durante el proceso de casting y preproducción, pero finalmente decidió filmar en Francia porque su visión de la película no coincidía con la realidad que encontró en las calles de México. Esta explicación, lejos de calmar los ánimos, fue interpretada por muchos como una excusa para evadir la responsabilidad de una representación inexacta y superficial, priorizando una visión personal y estilizada por encima del respeto por la cultura y la realidad mexicana.

El enojo del público mexicano con «Emilia Pérez» se basa en una combinación de factores: la falta de representación mexicana auténtica, la representación inexacta de la cultura y el contexto del país, la elección de un formato musical para abordar temas sensibles y la justificación del director de priorizar una visión estilizada sobre la realidad. La película, a pesar de su éxito internacional y múltiples premios, se ha convertido en un ejemplo de cómo una producción cinematográfica puede generar controversia y ofender sensibilidades cuando se aborda un tema delicado sin el debido respeto y la consulta a las comunidades afectadas.

@sensacinelatam Jacques Audiard, director de ‘Emilia Pérez’, declaró: «Si hay gente que se siente ofendida no entiendo muy bien por qué» #emiliaperez #emiliaperezmovie #selenagomez #adrianapaz #karlasofíagascón ♬ sonido original – SensaCine Latam

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