El Camino: A Breaking Bad Movie es una película que definitivamente no le resta ningún tipo de valor al legado de una de las mejores series de televisión de estos y todos los tiempos: Breaking Bad
Pero seamos claros, con El Camino: A Breaking Bad Movie, sabíamos que estábamos en muy buenas manos, tratándose de Vince Gilligan. Ya lo ha demostrado con Better Call Saul, este tipo solo sabe hacer cosas buenas y, sobre todo, sin destruir la obra maestra que es la serie original.
Ahora Vince Gilligan nos muestra lo que pasó con nuestro intrepido personaje Jesse Pinkman, interpretado por Aaron Paul después de los sucesos de Breaking Bad.
El camino, también nos guía por un viaje de regresión por la memoria de Jesse, recordando algunos episodios invisibles de su pasado mientras se embarca en una nueva aventura en Albuquerque, Nuevo México. Lo que está en juego esta vez es simple: La policía ha señalado a Jesse como una «persona de interés» en una masacre local (Si, los eventos finales de Breaking Bad) y también está lidiando con el estrés postraumático. Lo que sigue es una película de Netflix de dos horas de eventos de Breaking Bad. Es un epílogo de la serie que ocasionalmente se desvía por algunos callejones sin salida donde acechan rostros familiares.
El Camino saca una serie de personajes que regresan de Breaking Bad y el primero de ellos es Mike Ehrmentraut (Este tipo es el mejor). La película comienza con un recuerdo de un momento antes de que Mike muriera. Mike y Jesse se paran junto a un río y Mike le dice: «Solo tú puedes decidir qué es lo mejor para ti». Jesse ha decidido que dejará el negocio de las drogas y Mike le dice que lo único que nunca puede hacer es «arreglar las cosas».
Es una escena tranquila que recuerda la muerte de Mike a la orilla del río a manos del nefasto Walter White. El sonido de la corriente del río que fluye imparte una sensación de calma, justo antes de cortar a Jesse con barba, llorando y golpeando el volante de su El Camino. Acaba de escapar al final de Breaking Bad.
No es el mismo loquito arrogante de cuando lo conocimos, hay momentos en El camino, en los que el viejo Jesse resurge, pero, siempre nos deja bien claro que estamos ante un tipo que ha resistido tortura a manos de neonazis. No solo eso, Jesse ha visto morir a personas que le importan, como la madre de Jane y Brock, debido a su participación en una empresa criminal con Walter.
Este es un Jesse con muchas cicatrices, tanto visibles como no visibles, traidas de la original Breaking Bad. Escapándose, y llegando donde sus viejos amigos Badger y Skinny Pete, si, El camino nos lleva de vuelta a este mundo tan familiar para nosotros, salvo que quizá, los mas observadores podemos ver las marcadas diferencias en los actores, que se ven mas viejos. Un Aaron Paul con unos 40 años…
Hay diferencias entre los actores, como se veían en la serie original y como se ven ahora. Esto le da un toque un tanto surrelista, viejos actores en viejos roles, pero como que no terminan de encajar.
Ver noticias de la muerte de Walter y la masacre de ametralladoras en la televisión tiene un doble efecto en El Camino. Para aquellos de nosotros que estuvimos allí como Badger y Skinny Pete, les da a los eventos de Breaking Bad una cualidad mítica. Sin embargo, al mismo tiempo los reduce a una noticia local y nos damos cuenta de que, a pesar de todas sus bravuconadas sobre ser «el que llama ala puerta», la historia de Walter es, en última instancia, una falla en el radar de televisión de la mayoría de las personas antes de que se dedicaran a sus asuntos habituales.
En Breaking Bad, Jesse era, a todos los efectos, el compañero de Walter, pero en El Camino, ahora es el personaje principal. La cuestión es que parece estar sufriendo de trastorno de estrés postraumático. Esto lo vuelve menos voluble y lo obliga a tener un papel pasivo a veces, mientras escucha a otros personajes hablar. Skinny Pete de repente parece más un tipo de persona demasiado ansiosa y responsable que nunca en la serie. Llegando un momento incluso donde es este el que reacciona y formula un plan.
El camino, es una película bastante dramática, que le exige el máximo a Aaron Paul, superando por mucho cualquier actuación que este haya realizado antes. Nos hace recordar bastantes momentos de la serie, y le da la conclusión que Jesse Pinkman de verdad se merece. Es una película sin desperdicios.