Los amantes de las películas animadas originales de Disney podrían tener que prepararse para una nueva era de secuelas. El CEO de la compañía, Bob Iger, ha revelado en una reciente entrevista telefónica que el estudio planea darle mayor prioridad a las continuaciones de sus éxitos existentes en el ámbito de la animación.
Esta decisión no sorprende del todo, ya que Disney ha demostrado en los últimos años una fuerte inclinación hacia la explotación de sus franquicias más populares. El caso de Frozen, con su explotación durante una década, y el lanzamiento de Toy Story 4, más por razones comerciales que creativas, son claros ejemplos de esta tendencia.
Según Iger, el cambio se debe a que el público masivo parece preferir las secuelas a las historias originales. “Habrá un equilibrio entre secuelas y originales“, afirma el CEO, “pero específicamente en animación, tuvimos un período en el que nuestras películas originales, tanto de Disney como de Pixar, dominaron. Ahora estamos volviendo un poco a las secuelas“.
Iger destaca el menor costo de marketing de las secuelas como una ventaja económica, ya que estas películas ya cuentan con una base de fanáticos establecida. En este sentido, menciona como ejemplos a Toy Story 5 (con fecha de estreno para 2026) e Inside Out 2, ambas secuelas de películas animadas conocidas por el público.
Para defender la idea del “equilibrio”, Iger también señala películas como Thunderbolts (2025), Deadpool & Wolverine (2024) y Captain America: Brave New World (2025) como ejemplos de “películas originales”.
La decisión de Disney de priorizar las secuelas en animación ha generado opiniones encontradas. Si bien algunos fanáticos lamentan la pérdida de la originalidad, otros argumentan que las secuelas pueden ser tan entretenidas y exitosas como las películas nuevas.
