La recreación digital de Peter Cushing como Grand Moff Tarkin en Rogue One ha generado una polémica que trasciende la galaxia muy, muy lejana, hasta llegar a una demanda muy cercana. Un amigo del actor ha demandado a Dsiney/Lucasfilm, alegando que la compañía violó un acuerdo legal al utilizar la imagen de Cushing sin su autorización.
Kevin Francis sostiene que tiene los derechos exclusivos sobre la imagen de Cushing y que Disney debería haber obtenido su permiso antes de recrearlo digitalmente.
Por su parte, Lucasfilm argumenta que el contrato original de Cushing para la primera película de Star Wars les otorga derechos suficientes para recrear su personaje utilizando tecnología de efectos especiales. Además, la compañía asegura haber realizado un pago al patrimonio de Cushing.
Este caso legal plantea interrogantes fascinantes sobre los derechos de imagen en la era digital y sobre hasta qué punto las empresas pueden utilizar la tecnología para recrear a personas fallecidas sin el consentimiento de sus herederos. El juez a cargo del caso ha decidido que la disputa debe resolverse en un juicio, lo que significa que este caso legal aún tiene varios capítulos por delante.