En un conmovedor acto de generosidad, el director Denis Villeneuve concedió el último deseo de un fanático terminal de Dune: Part Two. El hombre, un francés de 50 años que se encontraba en cuidados paliativos, solo tenía unas pocas semanas de vida y anhelaba ver la película antes de su estreno en marzo.
Josée Gagnon, fundadora de la organización benéfica canadiense L’Avant, se enteró del deseo del hombre y se puso en contacto con Villeneuve a través de Facebook. En una “carrera contra el reloj”, uno de los asistentes del director viajó hasta donde se encontraba el paciente con la película completa en la computadora portátil de Villeneuve.
El hombre pudo ver la mitad de la película de casi tres horas en una proyección privada con las cortinas cerradas y los teléfonos celulares guardados. Aunque no pudo verla completa, el simple hecho de poder disfrutarla antes de su muerte fue un regalo invaluable.
Gagnon describe la experiencia como “vale todo el oro del mundo” y afirma que el hombre “que había tenido un comienzo de vida muy difícil, vio a personas muy importantes movilizarse para cumplir su voluntad final“. Murió solo unos días después.
Villeneuve y su esposa, Tanya Lapointe, se conmovieron profundamente por la historia del hombre y reconocieron que él era “para lo que son hechas las películas“.
Este acto de bondad por parte de Villeneuve y su equipo es un recordatorio del poder del cine para conectar con las personas y brindarles alegría incluso en los momentos más difíciles. La historia del hombre que pudo ver “Dune: Part Two” antes de morir es un ejemplo conmovedor del impacto que las películas pueden tener en nuestras vidas.
