Invader Studios es un desarrollador que de alguna manera, se hizo conocido por lanzar el título de terror de supervivencia Daymare: 1998 en 2019. Tienen una historia curiosa ya que, el juego originalmente iba a ser un remake hecho por fans de Resident Evil 2, hasta que Capcom frustró sus planes con una orden de cese y desista.
Sin embargo, parece que el juego ganó la notoriedad suficiente para ser considerado juego de culto. Esto llevó a que se granjeara otro título, siendo esta vez una precuela, Daymare: 1994 Sandcastle. Ahora con nueva protagonista, nuevas mecánicas y una ambientación igual de enigmática: el Área 51.
Terror, cuatro años antes
Daymare: 1994 Sandcastle tiene lugar justo cuatro año antes de los acontecimientos, como sugiere el título del juego. Ahora encarnamos a Dalila Reyes, una agente especial de la organización H.A.D.E.S. (Hexacore Advanced Division for Extraction and Search) una empresa militar privada que trabaja para una gran empresa de biotecnología.
Tras una serie de secuencias, tenemos que visitar las instalaciones de Groom Lake de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, mejor conocida como Área 51. Dalila, junto con su comandante, deben investigar y extraer cierta información de una investigación que no debe darse a conocer al público.
Como las cosas nunca salen como fueron planeadas, otra unidad militar conocida como Sección 8, bajo las órdenes del presidente de EE.UU., llega antes al lugar. Sin embargo, al llegar Dalila se da cuenta que la unidad rival fue atacada por una extraña entidad y debe averiguar que está pasando.
El juego plantea los típicos tropos de las producciones de terror como una misión rutinaria que al poco tiempo sale mal. Al menos, la historia es mejor contada que en el juego anterior, pero no deja de tener fuertes influencias de Resident Evil.
Survival freeze
El juego tiene una configuración igual a los juegos modernos de terror con la cámara detrás del hombro y uso de recursos limitados. Sin embargo, me dio la impresión de que se apuesta más por la acción, al encontrarme munición en cada esquina. Fuera de eso, exploraremos las instalaciones que poco a poco desvelan otras localidades más secretas e igual de siniestras. Por el camino, nos encontraremos con muertos vivientes que debemos despachar y resolver uno que otro acertijo. Vamos, lo típico del Survival Horror.
A nivel de ambientación, el juego cumple con presentarnos una atmósfera inquietante pero se abusa de los espacios oscuros, aun con todo y que usemos nuestra linterna. Mientras caminamos por los pasillos y vemos los cadáveres a nuestro alrededor, no podemos evitar preguntarnos cual de ellos se levantará. Como buen Survival Horror, tiene su dosis de rompecabezas, pusieron empeño en diseñarlos, pero no son tantos como esperaríamos.
En Daymare: 1994 Sandcastle tendremos varias armas a nuestra disposición una escopeta y un subfusil 9mm. Lamentablemente, disparar se siente inconsistente, acertar al enemigo no es satisfactorio porque no hay contundencia y los enemigos no se detienen. Sin embargo, para dar algo de variedad, tenemos un arma congelante con varias funciones que podemos combinar para congelar los enemigos y que reciban más daño. También podemos resolver algunos acertijos ambientales, por lo que me pareció acertado este elemento.
Por otra parte, los enemigos tienen dos versiones: una azul que es la versión normal y otra roja que es la versión Berserk. Una vez que mueren, surge un orbe eléctrico que revive a otros cadáveres. No hay muchas variedades más allá de los colores y variantes: están los normales que corren como si no hay mañana, los gordos que lanzan electricidad y otros que se teletransportan.
De cal y arena, como siempre
A nivel gráfico el juego es correcto, incluso se ve mejor que su antecesor. El sistema de luces y sombras ayuda a crear atmósfera tensa en un juego de terror. Los escenarios están bien logrados, aunque después de varias horas se sienten repetitivos. Por otro lado, tenemos los modelados de los personajes que se sienten como figuras de acción interactivas y apenas tienen expresiones en sus rostros, sin embargo, el diseño de los enemigos (escaso de variedad) me pareció bastante bien e incluso me recordó al sistema de pelado de Dead Space Remake. Encontraremos algunos bugs visuales como objetos flotando, personajes que se salen de su posición para saltar a otra.
El trabajo sonoro, también es correcto, sin grandes alardes. Consiguen ambientar tensión en los momentos que se requiere, pero así como de asustar al jugador, no tanto. Viene doblado al inglés y no se destaca ninguna participación.
Veredicto
Daymare: 1994 Sandcastle tiene momentos que nos gustarán como representante del género Survival Horror, pero que se apega demasiado a lo básico y no sale de ahí. Jugablemente, tiene un sistema de combate algo escaso en armas y frustrante a pesar de que contamos con Frost Grip. La historia es la típica de la investigación en unas instalaciones secretas como lo es el Área 51, que luego algo salió mal y debemos sobrevivir. Gráficamente, el juego cumple pero con una de cal y otra de arena, teniendo una buena ambientación bien lograda pero con algunos bugs por el camino. Recomendado si nos gusta el género o si probamos el primer juego.
Nota: Este review fue realizado en PS5 y la copia para revisión fue cedida gracias a Leonardo Interactive