La mañana del 5 de diciembre, Cloudflare volvió a protagonizar un apagón global que dejó inaccesibles a decenas de páginas y plataformas. Entre los afectados estuvieron tiendas como Newegg e iBuyPower, además de servicios de entretenimiento, como Spotify, LinkedIn, Canva y videojuegos, con usuarios reportando problemas incluso al intentar jugar Escape from Tarkov.
La compañía reconoció el fallo en su Dashboard y APIs, explicando que las solicitudes podían fallar o mostrar errores. A las 9:09 UTC aún investigaban el incidente, pero tres minutos después confirmaron que habían aplicado un arreglo y estaban en fase de monitoreo.
El episodio llega apenas semanas después de otra interrupción más extensa y días después de que Cloudflare publicara estadísticas sobre el aumento alarmante de ataques DDoS. Aunque no se ha confirmado relación directa, la coincidencia alimenta especulaciones sobre la fragilidad del servicio frente a la creciente escala de amenazas digitales.
La caída, ocurrida justo antes de un mantenimiento programado, fue vista como un golpe de suerte: había personal clave disponible para reaccionar de inmediato. Por ahora, el servicio parece estable, pero la reiteración de fallos deja a muchos usuarios con la sensación de que la red global depende de un hilo demasiado delgado.
