Un Cheeto con forma de Charizard, apodado «Cheetozard», se ha vendido por la asombrosa cantidad de 72,000 dólares en una subasta. Con la prima del comprador, el precio total asciende a 87,840 dólares, una cifra exorbitante para un simple snack. La subasta, que comenzó con una oferta inicial de 250 dólares, atrajo a 60 postores y culminó en una batalla épica por el codiciado Cheeto.
El «Cheetozard» se convirtió en un fenómeno viral en las redes sociales, capturando la atención de coleccionistas y fanáticos de Pokémon. Su forma inusual, que recuerda al popular personaje Charizard, lo convirtió en un objeto de deseo para muchos. La venta récord demuestra el poder de las redes sociales y la cultura de los coleccionables.
El Cheeto en cuestión tiene una historia peculiar. Un mercado de cartas en línea, Arena Club, aparentemente adquirió el Cheetozard de 1st and Goal Collectibles en noviembre de 2024 y lo incluyó en un paquete de cartas misterioso ese mes, entregándolo a un comprador afortunado. A partir de ahí, el Cheeto encontró su camino hacia la subasta de Goldin.
La venta del «Cheetozard» es un ejemplo extremo del auge de los coleccionables. Desde cartas de Pokémon hasta objetos cotidianos con formas inusuales, el mercado de coleccionables está en constante crecimiento. Los coleccionistas están dispuestos a pagar grandes sumas de dinero por objetos únicos y raros.
El «Cheetozard» ha dejado una huella imborrable en la cultura de los coleccionables. Su venta récord ha demostrado que incluso los objetos más inesperados y ridículos pueden alcanzar valores sorprendentes.