El 20 de octubre, una falla masiva en los servidores de Amazon Web Services (AWS) dejó fuera de línea a decenas de plataformas digitales, incluyendo servicios de videojuegos como PlayStation Network, Fortnite, Roblox, Pokémon GO, Epic Games Store, Rocket League, Clash Royale y Wordle.
El problema se originó en la región US-EAST-1, una de las más críticas para la infraestructura global de AWS, y afectó también a apps como Snapchat, Zoom, Slack, Duolingo y bancos como Halifax y LloydsThe Providence Journal | MSN+1.
Amazon confirmó que el error estaba vinculado a su sistema DynamoDB y que trabajaba en “múltiples caminos paralelos” para acelerar la recuperación. A las 10:39 a.m. BST, la compañía reportó “signos significativos de recuperación” y aseguró que “la mayoría de las solicitudes ya deberían estar funcionando”.
Downdetector registró más de 4 millones de reportes en una sola mañana, más del doble de lo habitual en un día completo. Aunque el impacto fue mayor en Estados Unidos, la caída expuso la fragilidad de una red que sostiene buena parte del entretenimiento digital global.
Poco a poco retornaron los servicios a funcionar con normalidad. Pero el apagón dejó claro que cuando AWS se cae, todos caen, o al menos muchos servicios de internet lo hacen.