El lanzamiento de Call of Duty: Black Ops 7 ha estado marcado por una fuerte controversia, al Activision reconocer haber utilizado inteligencia artificial (IA) en la creación de materiales artísticos del juego, incluyendo las tarjetas de jugador. La discusión escaló rápidamente en redes sociales y llegó incluso al Congreso de Estados Unidos.
El congresista Ro Khanna declaró que es necesario regular el uso de IA en la industria para evitar que las empresas desplacen a artistas humanos en busca de mayores beneficios. “Los artistas deben tener voz en cómo se despliega la IA, compartir las ganancias y debería existir un impuesto sobre el desplazamiento masivo”, afirmó. Más adelante, reforzó su postura con otra declaración: “Reemplazar artistas con IA no es distinto a sustituir camioneros. La IA no puede ser solo para enriquecer a los multimillonarios tecnológicos. Debe ser para nosotros, no para ellos”.
La polémica refleja un temor creciente en el sector del entretenimiento, que la adopción masiva de IA termine por marginar a desarrolladores y creativos. Casos recientes como el uso extensivo de IA en Horizon Steel Frontiers o las voces generadas en ARC Raiders muestran que la tendencia se expande rápidamente.
La pregunta ahora es si el Congreso tomará medidas concretas frente a esta práctica o si la industria seguirá avanzando hacia un modelo donde la IA sustituya cada vez más talento humano.
